sábado, 27 de abril de 2019

Go: enfrentamiento entre dos espíritus

Partida de Go en el siglo XVI
Fuente: Wikipedia

El Maestro de Go
Yasunari Kawabata
Emecé (2005)

Los juegos de mesa, principalmente los clásicos de estrategia como el ajedrez, muestran las personalidades de los jugadores. ¿Desea conocer el retrato de dos personas? Invítelas a jugar ajedrez, usted sea el espectador y observe sus estrategias, tácticas, titubeos y la forma de tomar las piezas. Si conoce algo del juego, aunque sea como aficionado, ponga atención a los detalles, de esa manera podrá hacer un perfil psicológico de los contendientes. El espíritu de una persona se revela ante la competencia con otro. El Go, un juego de estrategia japonés, es aún más antiguo y sencillo que el ajedrez por lo tanto muestra más sutilezas del espectro espiritual de dos personas.

El Go surgió hace 3000 años en China pero lo perfeccionaron los japoneses en el siglo VIII. Los samuráis lo consideraron un arte al nivel de la caligrafía y la interpretación del guqin (un instrumento oriental de cuerdas). Por lo tanto el Go no sólo era una simulación de una batalla sino una forma de desarrollar habilidades espirituales e intelectuales. Sus reglas son sencillas. Dos jugadores, uno con piedras blancas y otro con negras, colocan por turnos sus guijarros sobre las intersecciones que forma un tablero de diecinueve por diecinueve cuadros. Gana el que ocupe más espacio en el terreno de juego. A pesar de su sencillez, el juego se torna más complejo a medida que las figuras geométricas que forman cada jugador empiezan a acercarse. Eso limita la libertad de las jugadas: se empiezan a capturar piedras, se van creando “ojos” que simulan fortalezas impenetrables incluso se generan infinitos (la jugada que denomina esas situaciones es el ko, término que designa un enorme pasaje de tiempo, el inmediato de la eternidad). Uno de los grandes libros que describen a la perfección las particularidades, técnicas y espirituales, de este juego es El Maestro de Go de Yasunari Kawabata.

Esa obra es una crónica-novela de una partida de Go, que sucede en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, entre los dos mejores jugadores de la historia del “ajedrez japonés”. Honinbo Shusai, quien representaba a la escuela tradicional del Go, se enfrentó a Kitani Minoru (en el libro se llama Otake), quien representa el inicio de la nueva era de ese juego. El periódico Tokyo Nichi-nichi Shinbun (ahora Mainichi Shinbun) envió a Kawabata a cubrir el evento. Éste duró seis meses con un receso de tres a causa de la enfermedad de Shusai que terminó con su vida después de un año del final de esta partida.

Dentro de la narración el cronista reflexiona sobre las cualidades y los defectos espirituales que muestran cada uno de los jugadores durante su contienda: «Los modales de Otake y su insistencia en querer controlar la partida evidenciaron su incapacidad para comprender la cortesía que se le debe a un mayor, la carencia del afecto que un enfermo merece, y un racionalismo que de alguna manera no comprendía el verdadero sentido de las cosas.» La descripción de comportamientos de los jugadores (Otake quien representa el inicio del Go como competencia y Shusai quien hace hincapié en el arte del juego) es una crítica a la moral burguesa que destruyó los valores que Kawabata defendió en su vida y en su obra: los valores del shogunato o de la época feudal nipona: «¿Se habrá hundido el Go, al igual que el drama Noh y la ceremonia del té, cada vez más profundamente, en los escondrijos de una extraña tradición japonesa?»

También ese libro es una muestra de cómo el sistema económico trastoca todo los ámbitos de la vida incluso de nuestros juegos de mesa. El jugador moderno, profesional en términos del sistema capitalista, es un ser asalariado que ya no se interesa por la estética de su juego sino se preocupa en satisfacer las necesidades de sus patrocinadores quienes manipulan con el deseo primordial del espectador: «En el mundo de los juegos de competencia, los espectadores no pueden evitar erigir héroes más allá de los reales poderes que tengan sus elegidos.» Esos patrocinadores también instituyen reglas para erigir a esos héroes: «Siempre que se instituye una ley, el artificio que se vale de pretextos se pone en acción.»

El maestro de Go no sólo enseña sobre los rasgos de dos estilos diferentes de juego sino las peculiaridades de dos estilos de pensamiento. Uno que se configura desde lo feudal y otro desde la burguesía. Nos enseña sobre la lucha de dos espíritus. La nostalgia por una época pasada es la postura que tiene Kawabata ante el devenir de la historia la cual es inevitable pero no eterna. Creo que esa postura es errónea. La nostalgia es una fuente de creatividad para el escritor pero ese libro de Kawabata trae tres lecciones: Ninguna época muere sin luchar; nada es eterno, todo cambia; y una época niega a la otra. ¿Hegel estás ahí?

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

sábado, 20 de abril de 2019

El mexicano no lee… lo que no quiere y cuando no puede

San Agustín en su estudio (1490)
Sandro Botticelli
Fuente: Wikiart



Los resultados del Módulo de Lectura (MOLEC), que realizó el INEGI en febrero de 2018, muestra una disminución de casi 8%, en lo últimos tres años, de lectores de libros, periódicos, revistas, páginas electrónicas e historietas. Según este estudio, el principal motivo para no leer es la falta de tiempo y el segundo la falta de interés. También el MOLEC indica que los mexicanos prefieren leer en casa. Entonces ¿en México se lee cuando no se está en horario laboral?, ¿existirá una relación entre el tiempo de una jornada laboral y la cantidad de lectores?, ¿cuáles serán las causas de la falta de interés en la lectura?

De las dos primeras preguntas parece que hay una relación directa con la cantidad de tiempo de lectura y la que dedica a su trabajo: «De acuerdo con los datos del “Indicador de horas trabajadas OCDE 2018”, los mexicanos destinan 2,255 horas al año a sus labores, lo que representa un promedio de 43 horas a la semana, la cifra es la más alta entre las 35 economías que integran [la OCDE].» [“Mexicanos destinan 2,255 horas al año a su trabajo”. El Economista. 9 de febrero de 2018 (en línea)]. Eso representa un aumento de ocho horas en el trabajo en los últimos tres años. Lo anterior sin tomar en cuenta el tiempo de traslado a la fábrica u oficina. ¿Cuánto tiempo y energía le quedará a un trabajador si desea dedicarse a la lectura? Leer es como hacer ejercicio: gasta una cierta cantidad de energía. El proceso de lectura ocupa los dos hemisferios cerebrales «tanto de la corteza cerebral como del sistema límbico. Es decir, la lectura constituye una experiencia integral que incluye capacidades lógico-analíticas y detona respuestas emocionales [además] las áreas motrices del cerebro se activan al leer descripciones de acciones aunque no las ejecutemos realmente, algo que también se ha observado en los cerebros de los músicos al solo imaginar que tocan su instrumento.» [Cárdenas G., G. “Los retos de la lectura en la era de Internet”. ¿Cómo ves? DGDC-UNAM (abril 2018, en línea)] ¿Acaso un trabajador con una jornada de once horas laborales diarias tendrá el suficiente ímpetu para realizar una lectura que le exija esfuerzo intelectual? Por eso creo que la lectura, dentro del sistema capitalista en el que vivimos, tiene como principal objetivo el entretenimiento. Es ahí donde tenemos nuestro campo de batalla los que nos dedicamos a escribir: ¿cómo escribir una historia que entretenga al trabajador y además pueda ofrecerle alguna utilidad a su vida cotidiana?

Según el MOLEC, el lector prefiere a los libros y revistas por entretenimiento y a los periódicos por cultura general. Emoción e imaginación, goce y aprendizaje en contexto: elementos de un buen proceso lector. ¿Cómo un autor puede generarlo si no empatiza con el contexto histórico y social del lector? ¿Qué cantidad de lectores tendrá un escritor que escribe sobre niños fifís que viven en las zonas metropolitanas de lujo donde la mayoría de la población mexicana vive en colonias populares?

También podemos encontrar que la lectura no sólo corresponde a los libros, ni siquiera exclusivamente a la literatura. Hay un sinfín de material de lectura que satisface la curiosidad humana y estimula la imaginación. El lector lee lo que le interesa y lo que le atrae. En ello radica el oficio del escritor, crear esos mundos para el que lea pueda identificar situaciones donde pueda experimentar diferentes formas de responder a los problemas urgentes y emergentes de su vida cotidiana. Tal vez puede que el escritor no tenga por objetivo generar un cambio social al crear su obra pero el lector, en su momento recreativo, genera un comportamiento moral y un posicionamiento intelectual ante las situaciones sociales, económicas, científicas entre otras. ¿Usted que está leyendo en este momento?

*Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

sábado, 13 de abril de 2019

Sincrotrón y los intereses del científico mexicano

Esquema de un sincrotrón
Fuente: Wikipedia



El pasado 29 de marzo de 2019, personalidades científicas nacionales e internacionales anunciaron, en el marco del primer “Consejo Interdisciplinario de Independencia Tecnológica”, la construcción de un sincrotrón en el estado de Hidalgo. Este aparato, se puede leer en la página oficial del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (CINVESTAV-IPN) que dedica al proyecto del sincrotrón, genera «un tipo de luz emitida por electrones, u otras partículas con carga, que viajan a velocidades cercanas a la de la luz (300 mil k/segundo), con muy alta energía y que giran dentro en un anillo de contención». Esta luz permitirá ver la estructura más fina de la materia (electrones y quarks que forman el núcleo de un átomo) y estudiarla para mejorar productos de las industrias farmacéuticas, agropecuarias, agroalimentarias entre otros sectores importantes para el desarrollo del país.

Sin embargo los personajes que impulsan a este proyecto junto con el escenario de crisis política del CONACYT y la confrontación entre grupos del poder del sector científico indican que esta tecnología no será de provecho para la comunidad trabajadora de México sino que servirá a intereses de la mafia de la ciencia y empresarial. En el caso de los sectores que el sincrotrón beneficiaría, hay una gran cantidad de información donde se observa que siete corporativos imponen las políticas financieras y públicas de esos campos industriales [ver Flores, E. “Siete corporativos que imponen precios al país, pero que para el Gobierno “no son monopolios””. Sin embargo. 5 de noviembre de 2018 (en línea)]. Además existen empresas española (OHL, Abengoa, Prisa entre otras) que han hecho fuertes inversiones en los ramos energéticos y de telecomunicaciones [ver Fregoso, J. “La Niña, la Pinta y las relaciones con el poder”. Sin embargo. 18 de agosto de 2014 (en línea)], estas empresas serían beneficiarias directas de las tecnologías que se generarán a partir del proyecto del sincrotrón. Bajo esas condiciones ¿de qué tipo de independencia tecnológica estaría hablando el consejo interdisciplinario que coordina la construcción del sincrotrón? ¿Quiénes aprovecharían sus beneficios tecnológicos y el conocimiento que se genere?

Por otro lado los personajes que impulsan este proyecto son cercanos a aquellos que atacan constantemente la administración actual del CONACYT. Por ejemplo Julia Tagüeña, quien es miembro del consejo consultivo para la construcción del sincrotrón, fue parte del manejo del Sistema Nacional de Investigadores además de la elección de directores en centros públicos del CONACYT. Tagüeña junto con Eugenio Zetina, miembro fundamental del equipo de Enrique Cabrero exdirector del CONACYT, estuvieron envueltos en casos de chantaje, extorsión y manipulación de puestos públicos [ver Camacho, J. “El titular de la institución, durante el sexenio pasado, disfrutaba de un chef remunerado con dinero público”. El Heraldo de México. 10 de febrero de 2019 (en línea)]. También dentro de ese consejo se encuentra William Lee, actual coordinador de investigación de la UNAM, quien el pasado sexenio aceptaba sin mucha crítica el recorte en ciencia y tecnología y que ahora en éste período presidencial reprocha esa misma medida. Con personajes con antecedentes de este tipo ¿qué se puede esperar del manejo de 500 millones pesos, que es la inversión inicial para la construcción del sincrotrón, además de 15 mil millones pesos en diez años?

Hay que recordar que en enero de 2019, en el estado de Hidalgo, se hizo visible una población que murió en un trágico suceso: la explosión del ducto en Tlahuelilpan. Esa comunidad sufre de hambre y miseria [ver Rojo, R. “Tlahuelilpan: “lugar donde se riegan las tierras…””. Noticias Voz e Imagen de Oaxaca. 21 de enero de 2019 (en línea)]. ¿Qué ve de importante un gobernador en una tecnología que costará miles de millones de pesos en vez de atender el desarrollo de una comunidad donde más de la mitad de sus pobladores se encuentra en pobreza extrema? ¿Qué condiciones políticas y económicas permiten que los científicos mexicanos piensen que la construcción de una tecnología, que sólo beneficiaría a la oligarquía mexicana que intensifica la pauperización de nuestro país, es más importante que resolver los problemas urgentes de la población mexicana?

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

sábado, 6 de abril de 2019

Manifiesto demiúrgico I

El jardín de las delicias (1510-1515). El Bosco
Fuente: WkiArt

La dinámica del conocimiento tiene cuatro ingredientes fundamentales: el caos, la metáfora, el orden y la paradoja. A partir de estos cuatro ingredientes se configuran sistemas y obras. Una de las formas favoritas de comunicar obras y sistemas es la narración. Por eso una buena narración es una buena verdad, una que es aceptable para quienes la escuchan. Si ésta es verosímil y entretenida, el receptor genera un aprendizaje que se configura a partir de lo que el narrador problematice.

Para narrar se necesita describir a los personajes: cuál es su comida favorita, qué le desagrada de su vida cotidiana, qué traumas sufrió en su infancia entre otras preguntas que va realizando el narrador para capturar el segmento de espacio-tiempo donde se desenvuelven los actores que crea. La narración pone a prueba, en un campo de simulaciones, los actos morales e intelectuales. Por lo tanto una narración contiene los elementos necesarios para generar una situación compleja que permite estudiar los elementos fundamentales del conocimiento. Esta forma de comunicación convierte al narrador en un demiurgo, un ser que crea y armoniza universos.

Sin embargo el demiurgo en la Tierra está sujeto a sus necesidades urgentes y emergentes: comer, reproducirse, amar entre otras acciones que invaden a la Naturaleza. Por lo tanto toda su obra es violenta. La violencia en la obra radica en su capacidad de irrumpir en la mente (casa de las ideas que se localiza en la frontera de lo divino y lo humano). Una obra, cuando es potente, genera un acto revolucionario. En ese sentido la obra es un delicado aguijón o una mordida voraz. La violencia en la obra es consecuencia del carácter biológico del sujeto que le exige mantener su manifestación física y que se mantiene mínima cuando no cae en el vicio de los placeres.

¿Qué narrar? El caos, el cual es el crisol de donde surge el orden. El caos es la incertidumbre que surge de algún fenómeno del cual desconocemos sus principios básicos. Nuestro cerebro y nuestra mente tienden a configurar y descifrar esos fenómenos. Eso lo podemos vivenciar cuando leemos una novela y nuestro cerebro crea imágenes de los personajes, del espacio y el tiempo en el que se desarrolla la historia. También lo podemos experimentar en las ilusiones ópticas o cuando opinamos sobre un tema. La potencia del orden es directamente proporcional a la potencia de la metáfora y ésta se vuelve más poderosa entre más la alimentamos. Ésta se nutre de la experiencia sensorial del sujeto y lo que éste puede asimilar mentalmente. La perfección del demiurgo llega con los años y el compromiso con su búsqueda intelectual y ética. La metáfora se vuelve más poderosa en tanto que el demiurgo sea más disciplinado y tenga claro su objetivo.

La metáfora es el puente entre todos los conocimientos, entre todas las experiencias, entre todos los espíritus. La metáfora es la imagen, la posibilidad, la utopía, la fuerza motriz del intelectual. La metáfora, según José Lezama Lima, está:

«En medio de las aguas congeladas o hirvientes,
un puente, un gran puente que no se le ve,
pero que anda sobre su propia obra manuscrita,
sobre su propia desconfianza de poderse apropiar
de las sombrillas de las mujeres embarazadas,
con el embarazo de una pregunta transportada a lomo
de mula
que tiene que realizar la misión
de convertir o alargar los jardines en nichos
donde los niños prestan sus rizos a las olas,
pues las olas son tan artificiales
como el bostezo de Dios.»

Pero ese puente puede caer bajo el peso de la paradoja. Todo puente tiene fisuras porque sus materiales traen el signo de la imperfección del demiurgo terrestre. Una paradoja es una crisis, un evento que no se esperaba, es la muerte. La paradoja es la bala que mata a la metáfora pero ese cadáver metafórico, que apesta a caos, sirve de abono para un nuevo orden y el surgimiento de nuevos demiurgos terrestres, nuevos sistemas y nuevas obras.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87