sábado, 20 de abril de 2019

El mexicano no lee… lo que no quiere y cuando no puede

San Agustín en su estudio (1490)
Sandro Botticelli
Fuente: Wikiart



Los resultados del Módulo de Lectura (MOLEC), que realizó el INEGI en febrero de 2018, muestra una disminución de casi 8%, en lo últimos tres años, de lectores de libros, periódicos, revistas, páginas electrónicas e historietas. Según este estudio, el principal motivo para no leer es la falta de tiempo y el segundo la falta de interés. También el MOLEC indica que los mexicanos prefieren leer en casa. Entonces ¿en México se lee cuando no se está en horario laboral?, ¿existirá una relación entre el tiempo de una jornada laboral y la cantidad de lectores?, ¿cuáles serán las causas de la falta de interés en la lectura?

De las dos primeras preguntas parece que hay una relación directa con la cantidad de tiempo de lectura y la que dedica a su trabajo: «De acuerdo con los datos del “Indicador de horas trabajadas OCDE 2018”, los mexicanos destinan 2,255 horas al año a sus labores, lo que representa un promedio de 43 horas a la semana, la cifra es la más alta entre las 35 economías que integran [la OCDE].» [“Mexicanos destinan 2,255 horas al año a su trabajo”. El Economista. 9 de febrero de 2018 (en línea)]. Eso representa un aumento de ocho horas en el trabajo en los últimos tres años. Lo anterior sin tomar en cuenta el tiempo de traslado a la fábrica u oficina. ¿Cuánto tiempo y energía le quedará a un trabajador si desea dedicarse a la lectura? Leer es como hacer ejercicio: gasta una cierta cantidad de energía. El proceso de lectura ocupa los dos hemisferios cerebrales «tanto de la corteza cerebral como del sistema límbico. Es decir, la lectura constituye una experiencia integral que incluye capacidades lógico-analíticas y detona respuestas emocionales [además] las áreas motrices del cerebro se activan al leer descripciones de acciones aunque no las ejecutemos realmente, algo que también se ha observado en los cerebros de los músicos al solo imaginar que tocan su instrumento.» [Cárdenas G., G. “Los retos de la lectura en la era de Internet”. ¿Cómo ves? DGDC-UNAM (abril 2018, en línea)] ¿Acaso un trabajador con una jornada de once horas laborales diarias tendrá el suficiente ímpetu para realizar una lectura que le exija esfuerzo intelectual? Por eso creo que la lectura, dentro del sistema capitalista en el que vivimos, tiene como principal objetivo el entretenimiento. Es ahí donde tenemos nuestro campo de batalla los que nos dedicamos a escribir: ¿cómo escribir una historia que entretenga al trabajador y además pueda ofrecerle alguna utilidad a su vida cotidiana?

Según el MOLEC, el lector prefiere a los libros y revistas por entretenimiento y a los periódicos por cultura general. Emoción e imaginación, goce y aprendizaje en contexto: elementos de un buen proceso lector. ¿Cómo un autor puede generarlo si no empatiza con el contexto histórico y social del lector? ¿Qué cantidad de lectores tendrá un escritor que escribe sobre niños fifís que viven en las zonas metropolitanas de lujo donde la mayoría de la población mexicana vive en colonias populares?

También podemos encontrar que la lectura no sólo corresponde a los libros, ni siquiera exclusivamente a la literatura. Hay un sinfín de material de lectura que satisface la curiosidad humana y estimula la imaginación. El lector lee lo que le interesa y lo que le atrae. En ello radica el oficio del escritor, crear esos mundos para el que lea pueda identificar situaciones donde pueda experimentar diferentes formas de responder a los problemas urgentes y emergentes de su vida cotidiana. Tal vez puede que el escritor no tenga por objetivo generar un cambio social al crear su obra pero el lector, en su momento recreativo, genera un comportamiento moral y un posicionamiento intelectual ante las situaciones sociales, económicas, científicas entre otras. ¿Usted que está leyendo en este momento?

*Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

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