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San Agustín en su estudio (1490) Sandro Botticelli Fuente: Wikiart |
Los resultados del Módulo de Lectura (MOLEC), que realizó el
INEGI en febrero de 2018, muestra una disminución de casi 8%, en lo últimos tres años, de lectores de libros, periódicos, revistas, páginas electrónicas e
historietas. Según este estudio, el principal motivo para no leer es la falta de tiempo y el segundo la falta de interés. También el MOLEC indica que los mexicanos prefieren leer en casa. Entonces ¿en México se lee cuando no se está en horario laboral?, ¿existirá una
relación entre el tiempo de una jornada laboral y la cantidad de lectores?, ¿cuáles
serán las causas de la falta de interés en la lectura?
De las dos primeras preguntas
parece que hay una relación directa con la cantidad de tiempo de lectura y la
que dedica a su trabajo: «De acuerdo con los datos del “Indicador de horas
trabajadas OCDE 2018”, los mexicanos destinan 2,255 horas al año a sus labores,
lo que representa un promedio de 43 horas a la semana, la cifra es la más alta
entre las 35 economías que integran [la OCDE].» [“Mexicanos destinan 2,255
horas al año a su trabajo”. El Economista.
9 de febrero de 2018 (en línea)]. Eso representa un aumento de ocho horas en el
trabajo en los últimos tres años. Lo anterior sin tomar en cuenta el tiempo de traslado
a la fábrica u oficina. ¿Cuánto tiempo y energía le quedará a un trabajador si
desea dedicarse a la lectura? Leer es como hacer ejercicio: gasta una cierta
cantidad de energía. El proceso de lectura ocupa los dos hemisferios cerebrales
«tanto de la corteza cerebral como del sistema límbico. Es decir, la lectura
constituye una experiencia integral que incluye capacidades lógico-analíticas y
detona respuestas emocionales [además] las áreas motrices del cerebro se
activan al leer descripciones de acciones aunque no las ejecutemos realmente,
algo que también se ha observado en los cerebros de los músicos al solo
imaginar que tocan su instrumento.» [Cárdenas G., G. “Los retos de la lectura
en la era de Internet”. ¿Cómo ves?
DGDC-UNAM (abril 2018, en línea)] ¿Acaso un trabajador con una jornada de once
horas laborales diarias tendrá el suficiente ímpetu para realizar una lectura
que le exija esfuerzo intelectual? Por eso creo que la lectura, dentro del
sistema capitalista en el que vivimos, tiene como principal objetivo el
entretenimiento. Es ahí donde tenemos nuestro campo de batalla los que nos
dedicamos a escribir: ¿cómo escribir una historia que entretenga al trabajador
y además pueda ofrecerle alguna utilidad a su vida cotidiana?
Según el MOLEC, el lector
prefiere a los libros y revistas por entretenimiento y a los periódicos por
cultura general. Emoción e imaginación, goce y aprendizaje en contexto:
elementos de un buen proceso lector. ¿Cómo un autor puede generarlo si no empatiza con el contexto histórico y social del lector? ¿Qué
cantidad de lectores tendrá un escritor que escribe sobre niños fifís que viven
en las zonas metropolitanas de lujo donde la mayoría de la población mexicana
vive en colonias populares?
También podemos encontrar que la
lectura no sólo corresponde a los libros, ni siquiera exclusivamente a la
literatura. Hay un sinfín de material de lectura que satisface la curiosidad
humana y estimula la imaginación. El lector lee lo que le interesa y lo que le
atrae. En ello radica el oficio del escritor, crear esos mundos para el que lea
pueda identificar situaciones donde pueda experimentar diferentes formas de
responder a los problemas urgentes y emergentes de su vida cotidiana. Tal vez
puede que el escritor no tenga por objetivo generar un cambio social al crear su obra
pero el lector, en su momento recreativo, genera un comportamiento moral y un
posicionamiento intelectual ante las situaciones sociales, económicas,
científicas entre otras. ¿Usted que está leyendo en este momento?
*Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
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