domingo, 30 de diciembre de 2018

¡Feliz año nuevo (del calendario que usted guste)!

Calendario soviético 1930
Fuente: Wikipedia


El calendario es una de las tecnologías más antiguas y de mayor importancia de la historia humana. Un calendario conecta a lo celestial (el movimiento de los astros) con lo terrenal (las actividades sociales, políticas y religiosas). “Toda gran civilización ha mirado a los cielos”, diría Alexander Von Humboldt en la Medición del mundo de Daniel Kehlmann pero esa frase puede llevarse más allá: “Todas las civilizaciones han mirado los cielos”. ¿Cómo saber las temporadas de migración de los animales para cazarlos? ¿Cómo conocer los períodos de cosecha? ¿Cuándo cobraría la iglesia católica sus diezmos de cada festividad sin una cuenta sistematizada de los días?

Existen tres tipos de calendarios según el ciclo del Sol, la Luna u otros astros (calendario sideral). El que se utiliza actualmente es un calendario solar que evolucionó del mesopotámico, pasó al juliano y, finalmente, se convirtió en el gregoriano. El mesopotámico era un calendario de 365 días con 12 meses de 30 días cada uno. Tenía un error que se corregía añadiendo cinco días que se distribuían en ciertos meses (usualmente se elegían por argumentos religiosos o políticos). Una de las reformas más importantes al calendario mesopotámico fue el romano que terminó convirtiéndose en el calendario juliano. Se le nombró así en honor a su reformador el emperador romano Julio César en el año 46 antes de Cristo. Ese nuevo calendario consistía en 365 días que se dividían en doce meses. Su error era de tres días de adelanto en los equinoccios cada cuatro siglos. En 1582, con la llegada del poder papal y el sistema feudal, como régimen económico dominante, se reformó el calendario juliano gracias a los trabajos de Copérnico (el sistema planetario heliocéntrico) producto de una convocatoria que lanzó el Papa Gregorio XIII. Este cambio tuvo como objetivo conocer las fechas exactas de diversas festividades religiosas para el cobro de tributos. Ya para esa época el calendario juliano tenía un retraso de trece días con el calendario gregoriano el cual rige actualmente nuestras actividades.

Sin embargo el primer calendario de la historia fue lunar. En el año 2004, arqueólogos, que trabajaban en las llanuras escocesas de Aberdeenshire, hallaron el calendario más antiguo del mundo: «El calendario parece imitar las fases de la luna con el fin de realizar un seguimiento de los meses lunares en el transcurso del año. Lo más impresionante de este hallazgo es que es obra de sociedades de cazadores-recolectores que vivieron hace unos 10.000» [“Arqueólogos descubren el calendario más antiguo del mundo”. RT. 15 de julio de 2013 (en línea)]. Es decir un poco más de 7000 años antes que apareciera el primer alfabeto.

Ha habido otros tipos de calendarios que se han generado por diversas causas como políticas (calendario revolucionario francés) o productivas (calendario soviético). También ha habido varios intentos de reforma al calendario actual como el mundial propuesto por Elizabeth Achelis: «El calendario mundial es un intento de darle un empuje de estabilidad y a la medición del año y permanencia del reloj, la regla y la escala.

»Dividiría el año en trimestres de 13 semanas, cada trimestre comenzando un domingo. El primer mes de cada trimestre tendría 31 días, los otros 30. Como esto suma solo 364 días, se insertará un día adicional entre el 30 de diciembre y el 1 de enero. En los años bisiestos, se insertará otro día adicional después de 30 de junio.» [“Elisabeth Achelis, Calendar Reformer”. The New York Times. 15 de febrero de 1973 (en línea, traducción mía)] Pero ¿por qué, a pesar de que conocemos de manera muy precisa los movimientos de los astros, no tenemos un calendario más preciso?

El calendario es una de las pruebas más fehacientes de uno de los principales postulados marxistas: «El régimen económico de la producción y la estructuración social que de él se deriva necesariamente en cada época histórica constituye la base sobre la cual se asienta la historia política e intelectual de esa época» [prólogo de Engels a la edición alemana de 1883 del Manifiesto del Partido Comunista]. El calendario es una tecnología que muestra las necesidades religiosas, políticas y civiles de una sociedad. Ese aparato surge a partir de la exigencia de organizar las riquezas que sustraemos de la Tierra. ¿Acaso nuestras compras, trabajo y crisis sociales cotidianas o no, las regula un sistema que surge de los cielos y toma forma en nuestras ideas y regímenes económicos?

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

domingo, 23 de diciembre de 2018

Recorte déjà vu

Fuente: @MarchCiencArCABA (vía Twitter)


La expresión francesa déjà vu, que en español significa “ya vivido”, se refiere a un estado psicológico donde la persona cree haber pasado por la misma situación. La comunidad mexicana universitaria y científica sufre un déjà vu. El gobierno quiso reducir el presupuesto de las universidades y la investigación científica y tecnológica. Salen a reclamar las cabezas de las principales universidades e institutos científicos del país. El gobierno recula y decide echar para atrás su intento de recorte. La opinión pública parece haber ganado y todos de nuevo a sus aulas y laboratorios. Pero en realidad quiénes son los verdaderos beneficiarios.

«William Lee [actual coordinador de Investigación Científica de la UNAM] aseveró que por la situación financiera actual de México y el mundo, EL RECORTE ES NECESARIO, pero no debe ser de tal magnitud» [Olivares E. “El recorte a ciencia y tecnología, de 10 por ciento, no de 23, proponen especialistas”. La Jornada. 21 de septiembre de 2016 (en línea, mayúsculas mías)]. Esto fue una declaración de hace dos años sin embargo ahora aparece, en el portal de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM, el comunicado donde la máxima casa de estudios de México señala como error ese recorte: ¿qué hace cambiar de opinión a un coordinador que creía conveniente un recorte del 10 por ciento? ¿Qué intereses defiende: los de la clase privilegiada de la ciencia o la de los técnicos, académicos y universitarios?

Cabe recordar la crisis mediática que tuvieron algunas universidades que «participaron en el presunto desvío de recursos con dependencias federales a través de convenios para hacer supuestos servicios que no se cumplieron porque terminaron en empresas fantasma, como lo documentó la investigación periodística La Estafa Maestra.» [Roldán N. “Baja presupuesto a universidades estatales y recortan becas; AMLO justifica que se hará más con menos”. Animal Político. 17 de diciembre de 2018 (en línea)] Con este antecedente ¿se puede confiar en las autoridades universitarias para la administración de los recursos que lleguen del gobierno federal? ¿A quiénes se reparten?

Esta situación de recortes no es algo que sólo sucede en nuestro país. Por ejemplo, en Argentina, la política neoliberal de Macri ha reducido el presupuesto a universidades y ha afectado el trabajo de académicos y técnicos que laboran en los institutos de educación superior de este país. Además la comunidad académica argentina «denuncia que la falta de dinero terminará por promover el éxodo hacia las universidades privadas […] cientos de científicos e investigadores marcharon frente al Congreso.» [Rivas F. “Un reclamo salarial paraliza a todas las universidades públicas argentinas”. El País. 21 de agosto de 2018 (en línea)] ¿Puede que el recorte haya sido un intento de privatizar la educación superior en el país ahora que es obligatoria?

Por otro lado «las 100 Universidades para el Bienestar Benito Juárez García, una de las promesas de campaña de López Obrador, serán operadas por la Dirección General de Educación Superior Universitaria de la SEP y tendrá mil millones de pesos de presupuesto.» [Roldán N. “Baja presupuesto a universidades estatales y recortan becas; AMLO justifica que se hará más con menos”. Animal Político. 17 de diciembre de 2018 (en línea)] ¿Acaso se busca la subordinación de las universidades públicas a la SEP lo cual pondría en riesgo la autonomía de los institutos de educación superior? En una situación donde la innovación (término empresarial donde la investigación que reditúe ganancias es prioridad) es una línea de desarrollo para el plan nacional científico: ¿acaso la distribución de los recursos no sería dependiente a los intereses neoliberales?

En México, en vez de marchas conjuntas de la comunidad estudiantil y académica como se organizaron en Argentina, todo quedó en un comunicado donde unos cuantos sabrán en qué se gastarán el presupuesto universitario, un grupo que no les interesó las condiciones de los universitarios que estudian física, química, biología y otras disciplinas científicas. Sin embargo la culpa se comparte, no sólo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que tiene la obligación de apoyar al campo científico y tecnológico así como la autonomía de las universidades públicas, sino con aquellos que con su análisis simplista que se reduce a pedir más dinero sin reflexionar para qué o quiénes debe repartirse lo cual permite atropellos a la formación científica y tecnológica de los estudiantes del nivel superior, al empobrecimiento de los técnicos de los institutos científicos y, en consecuencia, al desarrollo de las comunidades mexicanas… Déja vu… creo que esto ya lo había escrito sin embargo, tristemente, seguirá vigente hasta que la juventud científica no se conforme con las migajas que avienten la burocracia y las testas coronadas de la ciencia en este país.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

lunes, 17 de diciembre de 2018

Herramientas de luz

Donna Strickland
Fuente: Página oficial del Premio Nobel

El 10 de diciembre de 2018 se celebró en Estocolmo (capital de Suecia) una ceremonia donde se hizo entrega el Premio Nobel de Física que la Academia Real Sueca de Ciencias otorga cada año. Los 870000 euros (casi veinte millones de pesos equivalentes a 40 casas promedio del INFONAVIT), que vienen con el premio, se repartieron entre tres científicos: Arthur Ashkin (Estados Unidos, 1922), Gérard Mourou (Francia, 1944) y Donna Strickland (Cánada, 1959). Se les concedió por “sus innovadores inventos al campo de la física del láser”.

Ashkin, quien recibió la mitad del premio por “sus pinzas ópticas y sus aplicaciones a sistemas biológicos”, ha trabajado en su invento desde 1970 y ha revolucionado la manipulación fina, desde un nivel molecular, de las células y sus propiedades: «"Las pinzas ópticas han abierto un mundo de posibilidades. Permiten coger una sola molécula y aislarla del resto en el espacio. Es algo que nunca se había conseguido y que ha permitido estudiar la biología celular y molecular como si fueran objetos macroscópicos. Es como estudiar las piezas de un reloj", señala Arias González, del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Nanociencia.» [Ansede, M. “Premio Nobel de Física 2018 a “las herramientas hechas de luz””. El País. 2 de octubre de 2018 (en línea)]

Lo anterior no pudo ser posible sin el desarrollo de la tecnología láser. Donna Strickland y Gérard Mourou, quienes recibieron un cuarto del premio cada uno por “su método de generación de pulsos ópticos ultra cortos de alta intensidad”, han trabajado por mejorar la potencia de los láseres: «Durante mucho tiempo, se pensó que la potencia del campo es limitada porque el cuerpo del láser es capaz de soportar solo una densidad determinada de la energía. Los dispositivos láser alcanzaron este límite en los años 80. Las investigaciones que requerían una mayor potencia se consideraron como ciencia ficción», señala Serguéi Popruzhenko, profesor titular del Instituto de las tecnologías de láser y plasma de la Universidad Nacional de Investigaciones Nucleares (MEPhI) de Rusia (Moscú) en una entrevista para el portal Sputnik, «En 1985, Gerard Mourou y Donna Strickland encontraron la posibilidad de salir fuera de este límite. Hacia aquel momento aparecieron los láseres que produjeron impulsos de radiación de longitud supercorta. Se puede alargar el tiempo de un corto impulso de láser con el uso de un sistema de prismas o redes de difracción de modo que cambie su color desde el inicio hacia el fin haciéndose más rojo de un lado y más azul del otro. Tal impulso cambia su color desde el inicio hacia el fin.» [“Hacer explotar el vacío: el Premio Nobel incentiva el desarrollo de la ciencia”. Sputnik. 14 de diciembre de 2018 (en línea)]

El láser es un medio de producción muy importante. Esta tecnología ha mejorado los procesos de fabricación de artículos y servicios que ahora son de primera necesidad: cirugías, termómetros, fabricación de autos, diseño de instrumentos ópticos entre otros. Por ello para el desarrollo económico es muy importante su investigación. Sin embargo, una herramienta que ha tenido un avance tan extraordinario durante casi cuarenta años, ¿quiénes son los que acceden a esta tecnología?, ¿cuántos conocen sus aplicaciones y pueden participar en su desarrollo?, ¿cómo introducir esta tecnología en las escuelas y aprender a masificar ese conocimiento?

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

domingo, 9 de diciembre de 2018

Qué edad tiene la Tierra o cómo las transnacionales intentaron ocultarla

Clair Patterson
Fuente: Página web de Caltech


A lo largo de la historia de la ciencia se ha demostrado que todo los fenómenos naturales y sociales, que antes se pensaba que eran rígidos (eternos), son en realidad flexibles (en constante cambio). Engels, en su obra Dialéctica de la naturaleza, nos dice: «lo que se consideraba eterno pasaba a ser perecedero y la naturaleza toda se revelaba como algo que se movía en perenne flujo y eterno ciclo».

La ciencia también se rige por la base económica. A través de la ciencia, es decir, la interpretación de los datos que se obtienen de la naturaleza, grupos de científicos mercenarios, a sueldo de las transnacionales, han tratado de usar la inmutabilidad del universo como argumento para justificar que el sistema es eterno, inamovible e invencible. Sin embrago otro grupo, aquel que busca la verdad y entiende que la naturaleza «se revelaba como algo que se movía en perenne flujo y eterno ciclo», han mantenido una lucha contra quienes quieren conservar una base económica que es dañina para el ser humano y la naturaleza. Uno de esos científicos fue Clair Patterson y su lucha se desató a través del descubrimiento de la edad exacta de la Tierra.

El primer intento de calcular la edad de la Tierra proviene de las investigaciones bíblicas del obispo irlandés James Ussher quien comparando la fecha de muerte del rey babilónico Nabucodonosor, quien aparece en el Antiguo Testamento, y la genealogía de los profetas anteriores a ese acontecimiento, calculó que Dios creó la Tierra el 22 de octubre del año 4004 antes de Cristo a las seis de la tarde. Este dato se arrojó en el año 1650, es decir, un poco más de veinte años después del juicio de Galileo quien demostró, aunque con algunas lagunas de datos que después Kepler rellenaría, que la bóveda celeste no era inmutable y después de medio siglo de la tesis entre las cosas naturales y las divinas de Giordano Bruno que dicta que la Biblia sólo es un compendio de historias que nos enseñan una moral y ética (la cristiana) y si queremos saber sobre la naturaleza necesitamos ir a los hechos y usar la razón.

Los hechos: el uranio es un material radioactivo que decae en plomo. Ese decaimiento tarda miles de millones de años. Los meteoritos, residuos del violento nacimiento de nuestro planeta, contienen una cierta cantidad de plomo que si se compara con la cantidad de uranio de ese mismo objeto celeste, podemos deducir la edad de la Tierra incluso de nuestro Sistema Solar. Clair Patterson, quien creó y usó por primera vez un cuarto ultralimpio para evitar la contaminación por plomo ambiental de sus muestras, encontró que la edad de la Tierra es de 4500 millones de años. La razón: Sin embargo siguió utilizando su cuarto ultralimpio para comparar muestras de las aguas superficiales y profundas del Océano Pacífico y capas de hielo superficiales y profundas de la Antártida. Encontró que el plomo era cientos de veces mayor a lo que se esperaba y que éste sólo podía provenir de las gasolinas y pinturas que fabricaban las industrias petroleras y químicas.

El plomo es una neurotoxina y esto se sabía desde la época de la Antigua Roma. Sin embargo como eran los esclavos quienes sacaban de las minas este material y, en el actual sistema capitalista, los obreros quienes manejaban esta sustancia por lo tanto quienes sufrían alucinaciones que los llevaban a la muerte; a los esclavistas y a los capitalistas no les interesaba la muerte de sus explotados mientras las ganancias y privilegios para ellos siguieran inmutables. Por ejemplo, para acabar con la razón de que el plomo es dañino, la empresa General Motors contrató a Robert Kehoe para justificar que la cantidad de plomo estuvo y seguirá estando en la misma cantidad en el ambiente por lo tanto no es dañino para la salud. Sin embargo Clair Patterson sabía que la naturaleza cambia, se mueve y evoluciona, con esa convicción pasó veinte años en las cortes estadounidenses para lograr, en 1970, la prohibición del plomo como material en pinturas, gasolinas, juguetes y otros productos.

Los sistemas no son eternos, la naturaleza física y social cambia constantemente, lento como los millones de años que necesita la aparición de una nueva especie o cientos y decenas de años de prueba y error de las revoluciones, pero al final nada es eterno y el sistema social, como el natural, están propensos a evolucionar: sólo hay que dar un empujón.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

domingo, 2 de diciembre de 2018

Doblada de lengua

Fuente: Flickr


Paco Ignacio Taibo II (PIT II), en la presentación de su libro La libertad, la bicicleta y el Olor de la Magnolia, dentro de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2018, finalizó diciendo: “Y en último caso, si todavía no pasa para el lunes [la que en los medios tomó el nombre de Ley Taibo], va a haber un edicto del presidente nombrándome ‘encargado de despacho’ mientras sale la ley, o sea, sea como sea se las metimos doblada, camaradas” (cursivas mías, ese fragmento fue el que causó la polémica), frase que terminó con un público aplaudiendo y riendo. Paco Ignacio Taibo II se equivocó de forma terrible, absurda y vulgar. Terrible para un escritor que tiene el lenguaje y el número de seguidores necesarios para mostrar que también en la izquierda se tiene un buen gusto (hablando desde lo estético y no lo moral) para los insultos. Absurda porque no era necesario hacer un comentario que pone en riesgo su proyecto como próximo director del Fondo de Cultura Económica y que sería un primer paso para acabar con el secuestro de la lectura por parte de los círculos empresariales de las editoriales y librerías en México. Vulgar porque, a pesar de los golpes de pecho de la burguesía mojigata que lo crítica, su frase no mostró las cualidades intelectuales y creatividad de un escritor e investigador de su calibre (“sin humor no hay revolución” diría PIT II pero el humor requiere inteligencia, creatividad y cierta serenidad).

A los dos días de haber dicho esta expresión desafortunada y vulgar (calificativos que PIT II dio a su comentario en su disculpa por su cuenta de Twitter), varias plumas periodísticas, expresiones de políticos y comentarios en redes sociales se pronunciaron en contra de dicho albur. Sin embargo, cada una de las críticas parecían más del «tipo La Liga de la Decencia con golpe de pecho incluido, el chilladero panista con al ritmo del “¡Ánimo Montana!” incluido.» [Calixto, J. “Doblada al español”. Milenio. 29 de noviembre de 2018 (en línea)]. Por ejemplo en el texto “La doctrina Taibo II”, su autor Javier Risco mencionó sobre si PIT II no pensó en que si había niños presentes y que si los padres no pasarían vergüenza tratando de explicar a su infante el doble sentido de una expresión (que posiblemente escuchen a diario en programas de televisión de “humor”). La moral de la burguesía, el buen gusto de su mojigatería, son, como diría Charles Baudelaire, “caricias serviles dirigidas a pasiones de esclavos encolerizados”: «los cambios de la moral sexual influyeron menos que la necesidad de atmósferas nacionalistas en la plática. Decir “puta madre” o “¿Cómo crees que iba a coger en ese sitio?”, equivalió a extender magueyes, cordilleras, sarapes, metates, jorongos, jarritos de tequila» [Monsiváis, C. “La vida es un camote, agarre su derecha (y asegúrese de su identidad nacional)”. Proceso. 5 de mayo de 1984 (en línea)]. Es decir: el albur es impropio porque es la jerga del pueblo y las críticas de los intelectuales burgueses se dedican a denostarlo.

Desde un punto de vista revolucionario, creo que la crítica debería ir más allá. La frase de PIT II muestra la normalización del sometimiento de la mujer hacia el hombre (o de un hombre a otro hombre) por medio de la violación, es decir, la forma más degradadora de la reproducción sexual porque: «El burgués ve en su mujer un mero instrumento de producción [por lo tanto el objetivo es] abolir la situación de las mujeres como meros instrumentos de producción» [Manifiesto del Partido Comunista]. Considerando lo anterior, la lucha feminista no es una lucha de géneros sino de clases. No se trata de la ridícula moral burguesa o la lucha del feminismo burgués por cambiar el lenguaje porque sirve a un género para someter a otro, a pesar de que éste no es engendrado «por una u otra base, por la vieja o nueva base, en el seno de una sociedad dada, sino por todo el curso de la historia de la sociedad y de la historia de las bases a través de todos los siglos» [Stalin, J. El marxismo y los problemas de la lingüística. Ediciones en lenguas extranjeras (Pekín, 1976). Pág 3]. De lo que se trata aquí es de denunciar que no es posible, en un país donde la tasa de feminicidios crece de forma alarmante, no pueda pasar una ley del aborto (la capacidad de decisión de la mujer) por cuestiones morales y haya una desigualdad en las condiciones laborales entre hombres y mujeres, existan expresiones que normalicen esa violencia, ese pensamiento antirrevolucionario.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87