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Fuente: Flickr |
Paco Ignacio Taibo II (PIT II), en la presentación de su libro La libertad, la bicicleta y el Olor de la Magnolia, dentro de las actividades de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2018, finalizó diciendo: “Y en último caso, si todavía no pasa para el lunes [la que en los medios tomó el nombre de Ley Taibo], va a haber un edicto del presidente nombrándome ‘encargado de despacho’ mientras sale la ley, o sea, sea como sea se las metimos doblada, camaradas” (cursivas mías, ese fragmento fue el que causó la polémica), frase que terminó con un público aplaudiendo y riendo. Paco Ignacio Taibo II se equivocó de forma terrible, absurda y vulgar. Terrible para un escritor que tiene el lenguaje y el número de seguidores necesarios para mostrar que también en la izquierda se tiene un buen gusto (hablando desde lo estético y no lo moral) para los insultos. Absurda porque no era necesario hacer un comentario que pone en riesgo su proyecto como próximo director del Fondo de Cultura Económica y que sería un primer paso para acabar con el secuestro de la lectura por parte de los círculos empresariales de las editoriales y librerías en México. Vulgar porque, a pesar de los golpes de pecho de la burguesía mojigata que lo crítica, su frase no mostró las cualidades intelectuales y creatividad de un escritor e investigador de su calibre (“sin humor no hay revolución” diría PIT II pero el humor requiere inteligencia, creatividad y cierta serenidad).
A los dos días de haber dicho
esta expresión desafortunada y vulgar (calificativos que PIT II dio a su
comentario en su disculpa por su cuenta de Twitter),
varias plumas periodísticas, expresiones de políticos y comentarios en redes
sociales se pronunciaron en contra de dicho albur. Sin embargo, cada una de las
críticas parecían más del «tipo La Liga de la Decencia con golpe de pecho
incluido, el chilladero panista con al ritmo del “¡Ánimo Montana!” incluido.» [Calixto,
J. “Doblada al español”. Milenio. 29
de noviembre de 2018 (en línea)]. Por ejemplo en el texto “La doctrina Taibo
II”, su autor Javier Risco mencionó sobre si PIT II no pensó en que si había
niños presentes y que si los padres no pasarían vergüenza tratando de explicar
a su infante el doble sentido de una expresión (que posiblemente escuchen a
diario en programas de televisión de “humor”). La moral de la burguesía, el
buen gusto de su mojigatería, son, como diría Charles Baudelaire, “caricias
serviles dirigidas a pasiones de esclavos encolerizados”: «los cambios de la
moral sexual influyeron menos que la necesidad de atmósferas nacionalistas en
la plática. Decir “puta madre” o “¿Cómo crees que iba a coger en ese sitio?”,
equivalió a extender magueyes, cordilleras, sarapes, metates, jorongos, jarritos
de tequila» [Monsiváis, C. “La vida es un camote, agarre su derecha (y
asegúrese de su identidad nacional)”. Proceso. 5 de mayo de 1984 (en línea)]. Es decir: el albur es impropio
porque es la jerga del pueblo y las críticas de los intelectuales burgueses se
dedican a denostarlo.
Desde un punto de vista revolucionario,
creo que la crítica debería ir más allá. La frase de PIT II muestra la
normalización del sometimiento de la mujer hacia el hombre (o de un hombre a
otro hombre) por medio de la violación, es decir, la forma más degradadora de
la reproducción sexual porque: «El burgués ve en su mujer un mero instrumento
de producción [por lo tanto el objetivo es] abolir la situación de las mujeres
como meros instrumentos de producción» [Manifiesto del Partido Comunista]. Considerando
lo anterior, la lucha feminista no es una lucha de géneros sino de clases. No
se trata de la ridícula moral burguesa o la lucha del feminismo burgués por
cambiar el lenguaje porque sirve a un género para someter a otro, a pesar de
que éste no es engendrado «por una u otra base, por la vieja o nueva base, en
el seno de una sociedad dada, sino por todo el curso de la historia de la
sociedad y de la historia de las bases a través de todos los siglos» [Stalin,
J. El marxismo y los problemas de la
lingüística. Ediciones en lenguas extranjeras (Pekín, 1976). Pág 3]. De lo
que se trata aquí es de denunciar que no es posible, en un país donde la tasa
de feminicidios crece de forma alarmante, no pueda pasar una ley del aborto (la
capacidad de decisión de la mujer) por cuestiones morales y haya una
desigualdad en las condiciones laborales entre hombres y mujeres, existan
expresiones que normalicen esa violencia, ese pensamiento antirrevolucionario.
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
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