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Bandera del EZLN |
El sistema educativo mexicano, que José Vasconcelos
configuró hace más de noventa años, trae consigo información antiindígena así
como una tendencia hacia el fascismo (ideología que se volvió fundamental en el
pensamiento vasconceliano). La educación de nuestros abuelos, la de nuestros
padres y la nuestra es de herencia vasconceliana. ¿Es posible que debido a este
gen vasconceliano que tenemos cada mexicano, tendamos a identificar a cualquier
movimiento indígena como un retroceso para el progreso de la nación o
simplemente lo releguemos a una curiosidad?
El investigador Agustín Jacinto
Zavala cita algunas palabras de Vasconcelos: «El peligro no es, claro está, que
México vuelva a lo indígena. No tiene para ello fuerza el indio, ya que abandonadas
a sí mismas las clases indígenas, volverían a la choza de palma» [Jacinto
Zavala, A. (2002). “Las etnias y la cultura mexicana en José Vasconcelos”. Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad.
Vol. XXIII. Pág. 91 (México, 2002)]. En el artículo que cité, Jacinto Zavala
hace una reflexión sobre el pensamiento vasconceliano y cómo éste fue la base
para un nacionalismo que pretendía ser moderno (copia del modelo europeo). En
el texto se puede observar como el conocimiento indígena, desde el punto de
vista de Vasconcelos, es inocuo, es decir, que no afectaría el desarrollo
histórico, social y económico de México.
«La celebración del 25 aniversario
del levantamiento armado del EZLN no es la puesta en escena de un movimiento
social. Es muestra de potencia de una fuerza político-militar con orden,
disciplina, cohesión, destreza, capacidad logística, base social, mando y control
del territorio» [Hernández N., L. “Bertolucci en la Lacandona”. La Jornada. 8 de enero de 2018 (en
línea)]. El zapatismo es la antítesis vasconceliana, es la antítesis del
pensamiento homogéneo de nación que busca la clase burguesa y que se contrapone
a sus intereses.
Cabe destacar que el movimiento
zapatista genera una organización diferente y por lo tanto peligrosa para este
Estado. Se puede decir que tiene un carácter genuinamente popular ya que surge
desde «las “más bajas capas” sociales, aplastadas por el yugo y la explotación,
levantáronse por propia iniciativa, estamparon en todo el curso de la
revolución el sello de sus reivindicaciones, de sus intentos de construir a su
modo una nueva sociedad en lugar de la sociedad vieja que querían destruir.»
[Lenin, V. I. El Estado y la revolución.
Fundación Federico Engels (España, 2009)] ¿Es posible negar que el movimiento
zapatista, a pesar de que se desarrolla en un limitado espacio y con una
pequeña masa movilizada, ha sustituido el aparato del Estado, que sirve a los
intereses empresariales por una organización completamente diferente? Los
caracoles (comunidades zapatistas) construyen otro tipo de organización y generan
otro conocimiento que se ha reforzado con seminarios y coloquios, festivales de
arte, escuelitas y exhibiciones fílmicas. Esto les ha permitido resistir a
pesar de las burlas y las descalificaciones que se lanzan en base al prejuicio
y la falta de información.
El gen vasconcelista, la herencia
educativa posrevolucionaria, se activó en las opiniones de una parte de los mexicanos a causa del comunicado del subcomandante
zapatitsa Moisés. Por eso no es increíble que algunos intelectuales hagan
comentarios contra esa postura: «Como
he señalado, hoy la rebelión armada no sólo es irracional sino suicida,
considerando el descomunal poderío económico-bélico y el nivel de sofisticación
alcanzado por las tecnologías de guerra» [Toledo, V. M. “El esplendor de
AMLO y el ocaso del EZLN”. La Jornada.
15 de enero de 2019 (en línea)]. Ante tal frase, que pide a paz, siempre cabe
preguntarse “¿paz para quiénes?” Existen ejemplos históricos de posiciones “pacifistas”
que han terminado en guerras imperialistas. Uno de esos es el de Rosa de
Luxemburgo a quien socialdemócratas, aliados con el naciente nazismo, entregaron
a las fuerzas policiales para mantener la “paz” y el “progreso” de la sociedad
alemana que al final terminó en la boca de la serpiente fascista que terminó asfixiando
a su clase obrera y devorando millones de vidas. ¿Acaso aquellos, quienes
defienden a la Guardia Nacional y los megaproyectos, no están entregando a la
tortura, al asesinato y al exterminio al movimiento zapatista con los mismos
argumentos que los socialdemócratas alemanas entregaron a la Liga Espartaquista que fue la única oposición real contra el nazismo?
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
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