domingo, 14 de junio de 2020

La educación y la libertad de expresión

Mujer leyendo (1879)
Edouard Manet


De acuerdo con el Teeteto de Platón, la opinión es la base de la libertad de expresión. En esa obra, Sócrates propone una definición de ese concepto:


«Sócrates: […] hemos adelantado lo suficiente como para no buscarlo [el saber] de ninguna manera en la percepción [los sentidos cerebrales y las emociones], sino en aquella otra actividad que desarrolla el alma cuando se ocupa en sí misma y por sí misma lo que es.

Teeteto: Yo creo, Sócrates, que esta actividad del alma se le llama opinar.»


Si entendemos al alma como conocimiento, entonces la opinión es la expresión del conocimiento que un sujeto posea sobre un tema. Si la opinión es verdadera, el ejercicio de la libertad de expresión es más útil para conocer y resolver los problemas de las situaciones que se nos presentan. Sócrates dice: «… la opinión falsa es una opinión errónea que se produce cuando alguien confunde en su pensamiento dos cosas, ambas existentes, y dice que una es la otra.» Por lo tanto, para ofrecer una opinión verdadera, debo tener claro los conceptos que surjan de un acontecimiento. La libertad de expresión, a través de la opinión del sujeto, aportará al planteamiento y la solución de los problemas urgentes y emergentes de la sociedad, cuidar que la opinión sea verdadera es la base de un buen ejercicio de la libertad de expresión.


El sujeto que posea conocimiento sobre un acontecimiento puede ofrecer opiniones verdaderas para plantear y solucionar problemas. Por ello la libertad de expresión es un derecho que conlleva una gran responsabilidad. Si la opinión es falsa sólo enturbiará más una situación y prolongará el padecimiento de los problemas que surjan de ella. Ejercer de forma maliciosa la libertad de expresión (la propagación de noticias falsas, información que genere pánico y confusión) es un atentado contra la humanidad. Por lo anterior, es pertinente y necesario, no sólo informarse, sino investigar sobre lo que deseamos opinar.


La escuela es donde probamos nuestro conocimiento y nos dotamos de herramientas para dar opiniones verdaderas. En ella se expresa la educación la cual dota al sujeto de referentes teóricos, empíricos y artísticos que le ayudan a poseer una visión sobre el mundo que lo rodea. Entonces la educación, como herramienta para lograr una opinión verdadera, ayuda al uso de la libertad de expresión. Cómo podría ayudar el docente en el uso de la libertad de expresión.


Si la opinión verdadera se logra a través de la investigación entonces el papel del docente es apoyar en el desarrollo de habilidades de pensamiento y operativas del estudiante para que éste haga preguntas, determine caminos para resolverlas a través de la realización de tareas bibliográficas (lectura y redacción de textos), de campo (entrevistas y encuestas), de experimentación (natural y social), de medición y cálculo (registro en tablas y uso de algoritmos), de diagramas y dibujos (realización de gráficas y modelos) y de exploración (salidas a lugares características de la comunidad y el registro en bitácoras). Éstas ayudarán a que el estudiante pueda formarse una opinión con base en la posesión de un saber sobre el acontecimiento que vive. Entonces la opinión del estudiante, a través de la investigación escolar, lo dota de una capacidad para ejercer su libertad de expresión para el beneficio colectivo.


Los docentes tenemos una gran responsabilidad con el cómo las comunidades procesan la información que les llega. Por ello debemos informarnos, ser sensibles a las necesidades de los estudiantes bajo nuestra guía y dotar de las mejores herramientas para que lxs niñxs y jóvenes puedan enfrentar esta crisis civilizatoria que padecemos. Además de organizar a las comunidades escolares para que exijan al Estado las condiciones mínimas para que éstas enfrenten los embates de las hienas empresariales que quieran aprovecharse de la situación y establezcan las bases para una nueva sociedad, un nuevo sistema, más allá de una nueva normalidad.


Raúl Fierro 

Casa de las Ciencias de Oaxaca

Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca

51 7 50 87

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