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Fuente: https://chile.as.com/ |
Este año se cumplen más de cinco décadas de una de las pruebas más contundentes contra la idea de que el universo se generó de forma espontánea: el descubrimiento de Arno Penzias y Robert Wilson: la radiación de fondo cósmico de microondas. Esta radiación, que permea todo el universo, es luz remanente del evento que se cataloga como “Big Bang” el cual dio origen a nuestro universo. Esta luz invisible a nuestros ojos, como la que sentimos al poner nuestra mano encima de una fogata, se predijo a partir de las ecuaciones de la relatividad general de Einstein.
La relatividad general dicta que la fuerza de gravedad es consecuencia de una deformación del espacio-tiempo a causa de la masa de un objeto. Es una explicación tan sencilla que se podría ejemplificar de la siguiente manera: Acuéstate sobre tu colchón, pon una canica cerca de tu cuerpo, ésta se desplazará hacia ti, en cierta forma podemos decir que la estás atrayendo, así actúa la gravedad desde la teoría de Einstein. Si el objeto es muy masivo, como nuestro sol, el tiempo “visto” desde un observador en la Tierra, “camina” de forma más lenta que si nos encontramos cerca del Sol.
Un evento que explica la relatividad general es el origen de nuestro universo. Las ecuaciones de esta teoría, nos dice que el universo estuvo concentrado en un punto. Esta interpretación, la hizo un sacerdote jesuita: Georges Lemaître. Sus motivaciones fueron religiosas y éstas se materializaron en una lógica matemática y metodología científica.
Las observaciones astronómicas en la década de los treinta de Edwin Hubble, quien también fue un gran boxeador (sus promotores querían que peleará contra Jack Johnson en ese entonces campeón mundial de pesos pesados), hicieron constatar a los físicos que el universo se expande. El sacerdote-científico Georges Lemaître, quien basó sus suposiciones en las preguntas que arrojaba la filosofía tomista la cual plantea que el universo empezó como un átomo primitivo, encontró en las ecuaciones de Einstein una base teórica-matemática sobre la cual dio forma a sus suposiciones y a los datos experimentales de Hubble. El Papa Pío XII quiso aprovechar este trabajo para apoyar sus ideas religiosas. Lemaître le previno de hacer esto. Para Lemaître la religión y la ciencia tienen diferentes propósitos para el conocimiento, pero se complementaban en una gran cosmovisión: "Yo me interesaba por la verdad desde el punto de vista de la salvación y desde el punto de vista de la certeza científica. Me parecía que los dos caminos conducen a la verdad, y decidí seguir ambos. Nada en mi vida profesional, ni en lo que he encontrado en la ciencia y en la religión, me ha inducido jamás a cambiar de opinión", dijo Lemaître en una entrevista para The New York Times que se tituló “Dos caminos a la verdad”. El siguiente paso sería convencer a sus colegas científicos de que la teoría era correcta.
El nombre de la teoría del Big Bang se lo designó el físico Fred Hoyle, quien fuera uno de los grandes enemigos de esta teoría. En una serie de conferencias de la BBC como conductor emergente, a pesar de la advertencia de un productor que pegó la nota “No llamen a este hombre” en la ficha de Hoyle, este gran físico hizo lo posible por aportar pruebas lógicas en contra de la teoría del Big Bang pero en ciencia el experimento tiene la última palabra.
La radiación (luz) que detectaron Arno Penzias y Robert Wilson, a través de radiotelescopios que aves bombardean a diario con lo que ellos llamaron “material dieléctrico blanco” (excremento de pájaro), ofreció una prueba de que el universo es dinámico no estático, después de treinta años de discusiones entre Einstein, férreo enemigo del Big Bang, y Georges Lemaître.
Creo que la pelea será eterna entre estos dos conocimientos (la ciencia y la religión), sin embrago se complementan como nos lo dice Georges Lemaître, autor del nuevo génesis de este universo. Aún tenemos muchas dudas (por ejemplo, ¿qué hubo antes del principio?) pero la idea de que un sistema dure para siempre, con base en las metáforas que surgen de un universo dinámico y no estático, es cada vez más firme.
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
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