lunes, 25 de mayo de 2020

Un mapa para intentar entender la pandemia

San Jerónimo escribiendo (1605)
Caravaggio


La teoría es la joya de la corona de la ciencia o como nos dice Kenneth R. Miller, bióloga celular de la Universidad de Brown: «En ciencia, la palabra teoría no se aplica a la ligera. Esto no significa una corazonada o una suposición. Una teoría es un sistema de explicaciones que une un montón de hechos. No sólo explica estos, sino predice lo que debería encontrarse de otras observaciones y experimentos» [Zimmer, C.In Science, It’s Never ‘Just a Theory’”. Science News-The New York Times. 8 de abril 2016 (en línea, traducción libre)].

Zimmer refuerza lo dicho por la investigadora Miller por medio de una metáfora: la teoría como mapa: «[la teoría] representa un territorio de la ciencia. En lugar de ríos, colinas y pueblos, las piezas del territorio son hechos». También el Dr. Peter Godfrey-Smith, autor del libro Theory and Reality: An Introduction to the Philosophy of Science (Teoría y realidad: una introducción a la Filosofía de la Ciencia), ha usado esta metáfora y añade: «Decir que algo es un mapa no es para decir que es una corazonada […] Es un intento de representar algún territorio.»

¿Cuáles son los hechos con los que se puede dibujar un mapa de la situación actual en México? Académicos desde la Secretaría de Educación Pública imponen un programa de Educación a Distancia. La mayoría de las escuelas, 7 de cada 10 según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, no cuenta con uno o más de los servicios básicos (luz, agua, drenaje, salones dignos entre otros). Menos de la mitad, 4 de cada 10 hogares mexicanos según datos de la página de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, cuentan con una computadora. Bajo esos hechos el mapa dice que el programa de Educación a Distancia será un fracaso.

Otro hecho: el gobierno que se autonombró de Cuarta Transformación incita a la población a reiniciar actividades, a entrar a una Nueva Normalidad: ¿A quién beneficia esta modificación en el paisaje? Maquiladoras estadounidenses y canadienses no siguen los protocolos de emergencia por la crisis sanitaria. Empresas extranjeras con actividades no esenciales reinician actividades. Los obreros empiezan a morir. La población oaxaqueña reduce sus prevenciones sanitarias contra la pandemia. Empieza un incremento exponencial de casos de COVID-19 en el estado incluso en municipios que se les nombró de la esperanza porque tenían la posibilidad de reiniciar la actividad económica y social desde el 18 de mayo, empezando la Nueva Normalidad (¿para quién o qué grupo?)

Tantos hechos que configuran un mapa, que al verlo cabe preguntarnos: ¿Realmente lo que propone el gobierno mexicano, en vista de los hechos, beneficiará a la clase trabajadora de este país? ¿Se desligó la clase empresarial de la política? ¿Este gobierno es neoliberal? ¿Cuál es la razón de la militarización del país? ¿Por qué algunos grupos políticos que históricamente han denunciado los atropellos y mentiras de gobiernos anteriores ahora callan o prefieren declarar vagamente? Los hechos están ahí, le invito a configurar su mapa, a establecer su teoría.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4, San Sebastián Tutla, Oaxaca
Teléfono: 51 7 50 87

domingo, 17 de mayo de 2020

“La ciencia no depende de los métodos sino de las personas”

Fuente: Google Books
Fuente: Google Books

Breve historia de la ciencia

Patricia Fara

Planeta, 2009


En el artículo “Alimentar la mente” de Lewis Carroll se menciona lo siguiente: “¿Reconoces a primera vista a una de las desafortunadas víctimas de una alimentación mental enfermiza? ¿Dudas? Mírala, buscando apresuradamente a su alrededor de una sala de lectura, probando comida tras comida -¡perdón!, libro tras libro- sin asimilar ninguno”. Siguiendo esta analogía de la alimentación mental, Breve historia de la ciencia de Patricia Fara ofrece distintos platillos que nos hacen degustar y asimilar: Orígenes, Interacciones, Experimentos, Instituciones, Leyes, Invisibles y Decisiones; que constituyen la construcción de la Ciencia a lo largo de este tiempo.


Hay varios divulgadores de la ciencia que perciben a esa actividad humana libre de los sabores políticos, sociales y económicos. Disfrutan de su supuesta pureza y se alimentan de ella, engordando su ego. Sin embargo, Patricia Fara, en su libro, nos coloca frente a otra ciencia que llena de anécdotas que se desarrollan bajo un contexto histórico, político y económico. Esa obra es “… una empresa conjunta destinada a llevar los últimos avances académicos a un público más amplio”.


“Quizá la frase ‘ver para creer’ sea cierta, pero eso depende de la forma de mirar”. Patricia Fara ofrece un punto de vista muy amplio del desarrollo histórico de la ciencia. Es algo muy notable que haya dirigido esta obra a un público que ha leído, o bien poco o nada, sobre la historia de la ciencia. A través de anécdotas desmitifica a personajes que “no aparecen porque fuesen científicos, sino [porque] desarrollaron una serie de habilidades que contribuyeron a la actual empresa científica global”. Eso permite abrir la mente de los no expertos en historia de la ciencia hacia una narración que se encuentra influenciada por “la guerra, la política y los negocios”.


“Escribir historia no es conocer los hechos y consignar lo acontecimientos en el orden correcto, también implica reinterpretar el pasado”. Esa reinterpretación la lleva a “la pregunta fundamental más fundamental [que es]: ¿Por qué la ciencia se ha hecho tan importante?”. Patricia Fara nos dice que “la ciencia no depende de los métodos sino de las personas”.


Como ejemplo, en uno de sus platillos, nos hace degustar a la cultura griega como el fundador de la mitología científica, es decir, la creación de héroes de mitos sobre el desarrollo del conocimiento científico, explicando la causa de que adoremos y veamos a ciertos personajes históricos como semidioses de la ciencia, lo cual, dejar en claro que, bajo este sistema, no encontramos en una competencia entre sujetos que se promocionan así mismos como los detentadores de la verdad. También nos dice que la cultura griega aporta otra característica de la ciencia: la utilización del medio abstracto para describir la naturaleza.


En los capítulos siguientes nos ofrece a una ciencia aderezada de situaciones sociales y políticas, lo cual, cierra con el círculo de mitos sobre lo que es la ciencia y hasta donde llega su rango de influencia y poder de credibilidad.


Patricia Fara desmitifica algunas ideas convencionales de la ciencia, gracias a su lectura fácil dedicada al público no experto y su objetivo de no hacer una historia tradicional del desarrollo científico, sino una que se mezcla con los ingredientes sociales y políticos que hacen ver a la ciencia como una construcción del conocimiento no ajeno a los deseos de las personas y los gobiernos.


Raúl Fierro

Casa de las Ciencias de Oaxaca

Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla

51 7 50 87

domingo, 10 de mayo de 2020

El cielo donde viven nuestras ideas

La creación de los astros y las plantas (1508-1512)
Miguel Ángel

En una catequesis, una hermana Mercedaria le pregunta a un niño: ¿Dónde está Dios? El niño responde: “Dios está en todas partes”. Prosigue la Mercedaria:

-¿Dios está en el Cielo?
-Sí, Dios está en el Cielo- responde el niño.
-¿Dios está en la Tierra?
-Sí, Dios está en la Tierra.
-¿Dios está en el Infierno?- el niño se queda callado, después de una corta pausa, que para el niño se convierte en una eternidad, la Mercedaria responde- Sí, Dios está en el Infierno, Dios está en todas partes.

El niño queda confundido y decide ser científico. Es más sencillo acertar una verdad sobre las cosas que puedes medir que de las puedes especular. Por un tiempo, el niño está tranquilo, seguro de que las leyes de la Física parecen guardarse en ecuaciones que describen todos los fenómenos de la Naturaleza. Sin embargo el niño conoce a un Físico. Éste empieza a jugar con la mente del niño:

-¿Dónde está el éter?- pregunta el Físico.
-El éter está en todas partes- responde el niño.
-¿El éter está en el Cielo?
-Sí, el éter está en el Cielo porque hay luz en el Cielo.
-¿El éter está en la Tierra?
-Sí, el éter está en la Tierra porque hay luz en la Tierra.
-¿El éter existe sin la luz?- el niño se queda callado, el Físico lo mira de forma compasiva y responde- La luz existe sin el éter porque el éter no existe.

El Físico empieza a hablarle de campos de fuerzas donde yacen sistemas simétricos que se relacionan con las leyes de la conservación de la energía, del momento lineal y angular. Le cuenta la historia del éter: un ídolo que creó el hombre para explicar el comportamiento de la luz que después cayó bajo la gracia y la potencia del campo que formaban la fuerza de la gravedad, el electromagnetismo, la nuclear fuerte y débil. Los dioses de la ciencia, las ideas de los científicos, mueren con el paso del tiempo.

El niño empezó a leer El cielo y el infierno de Emmanuel Swedenborg, en especial, sobre el comportamiento de los tres cielos de Dios: “Hay tres cielos que se distinguen muy claramente entre sí. Hay un cielo central o tercero, un cielo intermedio o segundo y un cielo exterior o primero. Se suceden en este orden y hay entre ellos una mutua relación, semejante a la que existe entre la cabeza o parte superior del cuerpo humano con el torso o parte media y con los pies o parte inferior; o también como las partes alta, media y baja de una casa”. Así comprende que lo divino es un espejo de lo terrenal y viceversa porque el gran aporte de Galileo no fue su fallida batalla contra el sistema ptolemaico sino hacernos ver que las leyes de la física se cumplen tanto el Cielo como en la Tierra. El cielo atmosférico donde se suscitan los fenómenos climatológicos, la aurora boreal y el arcoíris se rige por las mismas leyes del cielo celeste donde vive la Luna, los planetas y las estrellas. Las leyes de la Física, como Dios, está en todas partes. Las leyes de la Física rigen los fenómenos de la realidad tangible (medible). Dios rige la imaginación (las ideas) del hombre como un campo de fuerzas donde viaja la luz divina, la luz del entendimiento. Así ambas conectadas como la cabeza y los pies pero con diferentes funciones de este gran cuerpo que llamamos Universo.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4, San Sebastián Tutla, Oaxaca
Teléfono: 51 7 50 87

sábado, 2 de mayo de 2020

Infancia es destino

Niña con máscara de la muerte (Ella juega sola) (1938)
Frida Kahlo


Durante la Primera Guerra Mundial, las potencias imperialistas (Francia, Inglaterra, Alemania y Rusia) bloquearon económicamente a varios países. Esto provocó una hambruna en Europa que resentían especialmente los niños. Debido a esta situación, después de la guerra y aún con la población infantil en una situación muy vulnerable, la activista social Eglantyne Jebb gestionó en la Sociedad de las Naciones (antecesora de la Organización de las Naciones Unidas) la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños que se realizó el 26 de septiembre de 1924. Al año siguiente la Sociedad de las Naciones estableció un Día Internacional Universal del Niño que ahora cada nación conmemora en diferentes fechas, en el caso de México, se estableció el día 30 de abril y se evoca desde principios del siglo XX.

Antes de la Declaración de Ginebra, el término de la infancia no existía. En novelas como Los miserables de Víctor Hugo y Oliver Twist de Charles Dickens se muestra el abuso hacia los niños que eran tratados como adultos por lo tanto explotados de igual manera, incluso peor. Las características físicas de los niños aunado a la lógica capitalista sobre la propiedad privada, incrementaba el abuso de los patrones de las fábricas incluso de sus padres y otros adultos quienes veían en los infantes una forma de obtener ganancia. Las condiciones durante el naciente capitalismo de finales del siglo XIX, fue una época oscura para el bienestar infantil. ¿Qué tanto ha cambiado esta situación?

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT): «Se estima que ya hay 152 millones de niños en situación de trabajo infantil, de los cuales 72 millones realizan trabajos peligrosos.» Los trabajos peligrosos a los que se refiere la OIT son aquellos que impliquen abuso físico, psicológico y sexual; los que involucren el uso de herramientas peligrosas o la manipulación de cargas pesadas; también los que requieran largas jornadas laborales diurnas y nocturnas. En México, según el infograma “Trabajo infantil en México” que realizó la redacción de El Economista, 2.3 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil de los cuales casi la mitad no reciben sueldo. Que irónico que en México se conmemoren el Día del Niño justo antes del Día del Trabajo.

La crisis de la infancia se agudiza más en esta pandemia. El sistema capitalista los tiene secuestrados. Desde un México que imagina Moctezuma Barragán, titular de la Secretaría de Educación, mandata Educación a Distancia sin tener en cuenta las condiciones de la niñez en México. Los empresarios empiezan a ver un botín en esta infancia secuestrada. La educación, como medio de mejorar sus condiciones de vida, tiene un precio muy alto para los niños de la clase explotada. Los niños en situación en calle cómo podrán quedarse en casa o aquellos que tienen que trabajar para sobrevivir, para mantener a sus familias o por explotación por parte de un sistema que requiere de su sangre para seguir alimentando a las sanguijuelas que juran ser el sostén de la economía.

¿Qué nos ha pasado como sociedad que hemos permitido que la niñez llegue a tales grados de vulnerabilidad? ¿Cómo es posible que los niños no puedan salir a la calle en las ciudades sin verse en peligro? ¿Cómo es posible que permitamos un sistema de valores donde veamos a un niño como un ladrillo más en este muro que sostiene la riqueza de unos cuantos?

Raúl Fierro 
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87