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Niña con máscara de la muerte (Ella juega sola) (1938) Frida Kahlo |
Durante la Primera Guerra Mundial, las
potencias imperialistas (Francia, Inglaterra, Alemania y Rusia) bloquearon
económicamente a varios países. Esto provocó una hambruna en Europa que
resentían especialmente los niños. Debido a esta situación, después de la
guerra y aún con la población infantil en una situación muy vulnerable, la
activista social Eglantyne Jebb gestionó en la Sociedad de las Naciones
(antecesora de la Organización de las Naciones Unidas) la Declaración de
Ginebra sobre los Derechos de los Niños que se realizó el 26 de septiembre de
1924. Al año siguiente la Sociedad de las Naciones estableció un Día
Internacional Universal del Niño que ahora cada nación conmemora en diferentes
fechas, en el caso de México, se estableció el día 30 de abril y se evoca desde
principios del siglo XX.
Antes de la Declaración
de Ginebra, el término de la infancia no existía. En novelas como Los
miserables de Víctor Hugo y Oliver Twist de Charles Dickens se
muestra el abuso hacia los niños que eran tratados como adultos por lo tanto
explotados de igual manera, incluso peor. Las características físicas de los
niños aunado a la lógica capitalista sobre la propiedad privada, incrementaba el
abuso de los patrones de las fábricas incluso de sus padres y otros adultos
quienes veían en los infantes una forma de obtener ganancia. Las condiciones
durante el naciente capitalismo de finales del siglo XIX, fue una época oscura
para el bienestar infantil. ¿Qué tanto ha cambiado esta situación?
Según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT): «Se estima que ya hay 152 millones de niños en
situación de trabajo infantil, de los cuales 72 millones realizan trabajos
peligrosos.» Los trabajos peligrosos a los que se refiere la OIT son aquellos
que impliquen abuso físico, psicológico y sexual; los que involucren el uso de
herramientas peligrosas o la manipulación de cargas pesadas; también los que
requieran largas jornadas laborales diurnas y nocturnas. En México, según el
infograma “Trabajo infantil en México” que realizó la redacción de El
Economista, 2.3 millones de niños se encuentran en situación de trabajo
infantil de los cuales casi la mitad no reciben sueldo. Que irónico que en
México se conmemoren el Día del Niño justo antes del Día del Trabajo.
La crisis de la infancia
se agudiza más en esta pandemia. El sistema capitalista los tiene secuestrados.
Desde un México que imagina Moctezuma Barragán, titular de la Secretaría de
Educación, mandata Educación a Distancia sin tener en cuenta las condiciones de
la niñez en México. Los empresarios empiezan a ver un botín en esta infancia
secuestrada. La educación, como medio de mejorar sus condiciones de vida, tiene
un precio muy alto para los niños de la clase explotada. Los niños en situación
en calle cómo podrán quedarse en casa o aquellos que tienen que trabajar para
sobrevivir, para mantener a sus familias o por explotación por parte de un
sistema que requiere de su sangre para seguir alimentando a las sanguijuelas
que juran ser el sostén de la economía.
¿Qué nos ha pasado como sociedad
que hemos permitido que la niñez llegue a tales grados de vulnerabilidad? ¿Cómo
es posible que los niños no puedan salir a la calle en las ciudades sin verse
en peligro? ¿Cómo es posible que permitamos un sistema de valores donde veamos
a un niño como un ladrillo más en este muro que sostiene la riqueza de unos
cuantos?
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla,
Oaxaca
51 7 50 87
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