sábado, 2 de mayo de 2020

Infancia es destino

Niña con máscara de la muerte (Ella juega sola) (1938)
Frida Kahlo


Durante la Primera Guerra Mundial, las potencias imperialistas (Francia, Inglaterra, Alemania y Rusia) bloquearon económicamente a varios países. Esto provocó una hambruna en Europa que resentían especialmente los niños. Debido a esta situación, después de la guerra y aún con la población infantil en una situación muy vulnerable, la activista social Eglantyne Jebb gestionó en la Sociedad de las Naciones (antecesora de la Organización de las Naciones Unidas) la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños que se realizó el 26 de septiembre de 1924. Al año siguiente la Sociedad de las Naciones estableció un Día Internacional Universal del Niño que ahora cada nación conmemora en diferentes fechas, en el caso de México, se estableció el día 30 de abril y se evoca desde principios del siglo XX.

Antes de la Declaración de Ginebra, el término de la infancia no existía. En novelas como Los miserables de Víctor Hugo y Oliver Twist de Charles Dickens se muestra el abuso hacia los niños que eran tratados como adultos por lo tanto explotados de igual manera, incluso peor. Las características físicas de los niños aunado a la lógica capitalista sobre la propiedad privada, incrementaba el abuso de los patrones de las fábricas incluso de sus padres y otros adultos quienes veían en los infantes una forma de obtener ganancia. Las condiciones durante el naciente capitalismo de finales del siglo XIX, fue una época oscura para el bienestar infantil. ¿Qué tanto ha cambiado esta situación?

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT): «Se estima que ya hay 152 millones de niños en situación de trabajo infantil, de los cuales 72 millones realizan trabajos peligrosos.» Los trabajos peligrosos a los que se refiere la OIT son aquellos que impliquen abuso físico, psicológico y sexual; los que involucren el uso de herramientas peligrosas o la manipulación de cargas pesadas; también los que requieran largas jornadas laborales diurnas y nocturnas. En México, según el infograma “Trabajo infantil en México” que realizó la redacción de El Economista, 2.3 millones de niños se encuentran en situación de trabajo infantil de los cuales casi la mitad no reciben sueldo. Que irónico que en México se conmemoren el Día del Niño justo antes del Día del Trabajo.

La crisis de la infancia se agudiza más en esta pandemia. El sistema capitalista los tiene secuestrados. Desde un México que imagina Moctezuma Barragán, titular de la Secretaría de Educación, mandata Educación a Distancia sin tener en cuenta las condiciones de la niñez en México. Los empresarios empiezan a ver un botín en esta infancia secuestrada. La educación, como medio de mejorar sus condiciones de vida, tiene un precio muy alto para los niños de la clase explotada. Los niños en situación en calle cómo podrán quedarse en casa o aquellos que tienen que trabajar para sobrevivir, para mantener a sus familias o por explotación por parte de un sistema que requiere de su sangre para seguir alimentando a las sanguijuelas que juran ser el sostén de la economía.

¿Qué nos ha pasado como sociedad que hemos permitido que la niñez llegue a tales grados de vulnerabilidad? ¿Cómo es posible que los niños no puedan salir a la calle en las ciudades sin verse en peligro? ¿Cómo es posible que permitamos un sistema de valores donde veamos a un niño como un ladrillo más en este muro que sostiene la riqueza de unos cuantos?

Raúl Fierro 
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

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