sábado, 6 de julio de 2019

Un París de artistas farsantes y soledad

El desnudo azul (1907)
Henri Matisse


Trópico de Cáncer
Henry Miller
Santillana (2010)

Trópico de Cáncer es un manifiesto nihilista que Henry Miller, su autor, disfrazó de novela. Esta obra autobiográfica narra la historia de un hombre que conoce un París infecto de artistas farsantes que tratan de llenar su soledad y miseria con sexo y arte.

La corriente filosófica nihilista plantea el rechazo de los principios políticos, sociales, religiosos y morales que configuran las relaciones entre los seres humanos y su mundo. Se basa sobre el postulado de que el destino divino y la determinación histórica no tienen ningún sentido: «El mundo que me rodea está desintegrándose y deja aquí y allá motas de tiempo. El mundo es un cáncer que se devora a sí mismo…», nos dice Henry Miller a través de su alter ego-protagonista de Trópico de Cáncer.

Esa novela se desarrolla en un período después de la Primera Guerra Mundial y el inicio del alzamiento del fascismo y el nazismo. Posterior a ese conflicto, que desgarró por completo el orden aristócrata, la población europea voltea hacia discursos que ordenan, para el beneficio de la nueva clase dominante, el caos en el que se hundieron. Los valores (políticos, científicos, artísticos entre otros tipos) del feudalismo se encuentran en crisis y se empiezan a configurar los de la burguesía. Dentro de ese escenario histórico, París, que atraía a intelectuales, revolucionarios y vagabundos por igual, se llenaba de diversos placeres para olvidar los horrores de las batallas. En ese marco, Miller nos describe, en Trópico de Cáncer, sus relaciones y vivencias. Los seres humanos que habitan esa obra se sirven del arte, el esoterismo y la ciencia para satisfacer sus deseos egoístas. La búsqueda de la verdad, la justicia, la belleza entre otras categorías que configuran el desarrollo humano pasan a segundo plano en un París donde bulle la sífilis, la ebriedad y la soledad.

La novela es un grito alegre, con breves aullidos lastimeros por la resaca, ante el descubrimiento de que el ser humano es feliz cuando se libera de cualquier moral: «No tengo dinero ni recursos ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo», declara el protagonista. Ese chillido se traduce en pasajes eróticos que escandalizaron a una población estadounidense que se construyó bajo los principios del puritanismo cristiano: «En mi vida he mirado un coño tan serio. Parecía que nunca había visto uno. Y cuánto más lo miraba, menos interesante me parecía. Eso demuestra que no tiene nada de particular, sobre todo cuando está afeitado. Lo que lo vuelve misterioso es el pelo». El gobierno de Estados Unidos la prohibió en 1961 por su contenido obsceno.

Si algo debe atraer del nihilismo, es su capacidad para argumentar, de forma hábil y contundente, sus posturas sobre la miseria y las contradicciones morales del ser humano. En ese sentido, Trópico de Cáncer es un buen manual para descubrir a los artistas farsantes: «No es difícil estar solo, si eres pobre y fracasado. Un artista siempre está solo… si es un artista. No, lo que el artista necesita es sentirse solo.» El discurso del artista farsante declara “hago arte” pero sus acciones buscan el poder. Por ello su soledad, tristeza y sensibilidad son falsas, una máscara para ocultar que el único objetivo de su quehacer “artístico” es cumplir sus deseos carnales y políticos. Ellos son uno de los obstáculos de la evolución y revolución del conocimiento y el crecimiento espiritual.

El arte, según el nihilismo, debería ser «un insulto prolongado, un escupitajo a la cara del arte, una patada en el culo de Dios, al hombre, al destino, al tiempo, al amor, a la belleza, a lo que os parezca». El nihilista pone el dedo en la llaga y hacer sangrar todos los principios, todas las seguridades, nada se salva a su ojo y aun así Henry Miller está equivocado, aun así se contradice, aún así Trópico de Cáncer, a pesar de su carácter nihilista, busca que el lector encuentre a un verdadero ser humano entre sus páginas.

Raúl Fierro 
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87