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Marie Tharp (1968) Fuente: Wikipedia |
Metáforas
Blog de la columna sabatina de Metáforas del diario Noticias Voz e Imagen de Oaxaca. Artículos sobre ciencia y su relación con otras disciplinas. El puente entre la ciencia y las demás disciplinas es la metáfora.
domingo, 11 de febrero de 2024
Marie Tharp: científica de la deriva continental
jueves, 29 de diciembre de 2022
La metáfora es un puente
Pont-y-pair. Thomas Girtin (1799) Fuente: Wikiart |
Uno de los experimentos que más
éxito tiene, en el taller que imparto en la Casa de las Ciencias de Oaxaca, es
la clepsidra (palabra de origen griego que significa “ladrón de agua”). Este
aparato, que es una botella de plástico con un agujero a la mitad, suscita
muchas preguntas a los jóvenes y niños, incluso a algunos adultos. Al hacer el
hoyo a la botella, el sentido común dicta que el agua tiene que salir a través
de ella. Sin embargo, cuando se cierra por la parte de arriba, el chorro deja
de fluir. Cuando los participantes tratan de explicar ese fenómeno, ofrecen una
variedad de explicaciones: Un niño me dijo que era brujo, un joven expuso que
el chorro formaba una película delgada de agua que evitaba que fluyera y un
adulto interpretó que eran átomos de agua que se pegaban unos con otros y eso
evitaba que salieran. El mecanismo de la clepsidra tiene que ver con la presión
atmosférica y a mí parecer, como físico, es mucho más sencillo que esos tres
argumentos; sin embargo, no me detendré a explicarlo, lo que me interesa es el porqué
del uso de metáforas para tratar de entender un fenómeno.
En Poética de Aristóteles «la metáfora es la aplicación a una cosa de
un nombre que es propio de otra». Esta definición que aparenta ser sencilla
tiene muchas implicaciones. Nos dice Bustos en el artículo “La metáfora y la
filosofía contemporánea del lenguaje”: «Una pionera en este sentido [el estudio
del papel de la metáfora en la progresión y transmisión del conocimiento
científico] fue M. Hesse (1966, 1974) que, frente a la tesis positivista que
equiparaba el significado cognitivo de un enunciado con su método de
verificación, puso de relieve la importancia cognitiva de las metáforas
científicas, tanto en el contexto de descubrimiento (en cuanto instrumentos
heurísticos) como en el de justificación (predicción y contrastación).» Nombrar
una cosa o un fenómeno nos da una idea de sus características, pero ¿puede
existir un objeto o fenómeno que no pueda tener nombre?, ¿cómo explicarías esa
cosa o fenómeno desconocido a otra persona?, ¿con qué lo compararías para
predecir su dinámica tanto espacial como temporal? Nos dice Bustos: «... la
metáfora [es] el instrumento psicológico central mediante el cual se amplia y
estructura nuestro conocimiento del mundo (M. Arbib y M. Hesse, 1986).»
La metáfora es un puente por el
que cruzan nuestros referentes (teóricos, empíricos, artísticos y religiosos) para
llegar a otro tipo de conocimiento. Metaforizar un fenómeno o un objeto refleja
la clase de comprensión que tiene el sujeto, las metáforas que ocupe un infante
o un adolescente dibujan el mapa cultural en la que se encuentra inmerso. Si
sus referentes son vastos, la metáfora será más potente, describirá y predecirá
con mayor exactitud y, en términos estéticos, será más sensible, es decir,
tendrá un mayor impacto emocional lo cual es muy importante para construir una
experiencia de aprendizaje.
Si con la metáfora el sujeto
asimila su realidad entonces ¿cómo legitima la metáfora? A través de la
narración: «El mito primitivo no es sino una forma de metáfora extendida
(Herder, Ensayo sobre el origen del
lenguaje) y el hombre primitivo es literalmente el auténtico poeta», menciona
Bustos. Bruner en su libro Educación,
puerta a la cultura hace hincapié en la narración como la moneda con la que
se intercambia cultura. Si la metáfora es un puente, el paso se paga con
narraciones.
En el caso de la clepsidra de mi taller, cada una de las respuestas tiene que ver con lo que cada persona ha aprendido a través de sus vivencias. Cuando me comentaron cómo llegaron a sus conclusiones, pude entender al sujeto y cuando les ofrecí mi explicación, desde el punto de vista de la física, esperé que se llevarán otra visión del mundo, que les haya ayudado a comprender algo que para ellos no tenía nombre. Ahí radica en parte el quehacer educativo: mostrar distintas formas de nombrar al Universo.
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
sábado, 1 de octubre de 2022
Oaxaca según Sacks
Presas de Huayapam I Autor: Raúl Fierro |
La escritura nos permite darle sentido al pensamiento y uno
de los recursos que se utiliza para mejorarla es el diario. En él plasmamos
nuestra manera muy personal de vivir los acontecimientos. En Diario de Oaxaca,
Oliver Sacks dice al respecto: «¿Por qué llevo diarios? [para] aclarar mis
pensamientos, organizar mis impresiones en una especie de narración o relato, y
hacer esto en “tiempo real” y no en retrospectiva, ni tampoco transformando
imaginativamente, como sucede en la autobiografía o la novela.» Entonces el
diario, como un género literario de no ficción, puede extrapolarse a un
quehacer científico, una búsqueda de la verdad desde una perspectiva particular:
«Ninguno de estos diarios pretende ser exhaustivo ni erigirse en una autoridad
sobre el tema abordado. Por el contrario, son textos ligeros, fragmentarios,
impresionistas y, sobre todo, personales.»
Oliver Sacks fue uno de los
ensayistas científicos más importantes del siglo pasado. Su aporte fundamental
radica en darnos una visión diferente de la enfermedad y cómo abordarla. En uno
de sus libros más famosos (El hombre que confundió a su mujer con un
sombrero) nos dice: «En un historial clínico riguroso no hay
"sujeto" [...] para situar de nuevo en el centro al sujeto (el ser
humano que se aflige y que lucha y padece) hemos de profundizar en un historial
clínico hasta hacerlo narración o cuento; sólo así tendremos un
"quién" además de un "qué", un individuo real, un paciente,
en relación con la enfermedad... en relación con el reconocimiento médico
físico.» Esta postura sobre la forma de abordar un problema científico, como la
enfermedad, es el reflejo de una lógica alternativa para la construcción de la
verdad en la ciencia: la narración como un recurso para hacernos preguntas y
buscar soluciones. Precisamente en Diario de Oaxaca, en su faceta de biólogo,
Sacks nos muestra una manera de hacer investigación.
En Diario de Oaxaca, Sacks narra su viaje por diez días en las regiones oaxaqueñas de la Sierra Norte y Valles Centrales. Esta aventura, que se realizó a principios del año 2000, tuvo por propósito el estudio de los helechos. Sacks acompañó a la Sociedad Americana del Helecho, que se constituye de científicos profesionales y aficionados (quienes tenían diversos oficios como trabajadoras del hogar y choferes), para estudiar esa especie que lleva 150 millones de años en el planeta Tierra. Sacks se sorprende sobre la complejidad que puede tener los helechos en la biología y la relación con otros seres incluyendo a los humanos, así como el conocimiento que se puede alcanzar con la pasión que se tenga hacia un tema científico: «La capacidad especial de observar detalles y recordarlos, una memoria especial para los lugares, relacionada con el amor, y cierto lirismo para con la naturaleza, son las características de esta clase de aficionados.» Sacks nos muestra, no sólo la parte biológica de este viaje, sino una perspectiva social y cultural de Oaxaca, yendo más allá de la superficial visión del turista consumista: «… el otro lado de Oaxaca, una ciudad moderna, llena de tráfico, con horas punta y pobreza, como cualquier otra. Tal vez sea saludable para mí ver este otro lado, antes de ponerme demasiado lírico sobre el Edén en que me encuentro.»
El estilo científico de Sacks podría replicarse en el aula. Los docentes oaxaqueños podrían aprovechar la experiencia de Sacks para que los estudiantes escriban su propio diario con una visión personal de la vida comunitaria. Oaxaca está llena de acontecimientos que serían base de un diario escolar en donde se plasmaran preguntas, se elaboraran diagramas y se propusiera la construcción de evidencias. Ahora que la Nueva Escuela Mexicana exige a los maestros trabajar por proyectos, Diario de Oaxaca de Oliver Sacks es un buen modelo para construir una planeación e intervenir en aula. ¿Qué tipos de propuestas a favor de las comunidades surgirían de esos proyectos?
Casa de las Ciencias de Oaxaca
jueves, 20 de enero de 2022
Ivonne
sábado, 8 de enero de 2022
Redes, narración y docencia
lunes, 3 de enero de 2022
Cronos y el año nuevo
El tiempo de las viejas (1820). Francisco Goya Fuente: Wikiart |
El festejo de año nuevo está lleno de símbolos. Si hacemos caso a la interpretación de los mitos griegos según Robert Graves, podemos encontrar relaciones con sobre los orígenes y festejos de lo que consideremos un nuevo ciclo solar. El origen el Universo: «En el principio, Eurínome, la Diosa de Todas las Cosas, surgió desnuda del Caos, pero no encontró nada sólido en qué apoyar los pies y, en consecuencia, separó el mar del firmamento y danzó solitaria sobre sus olas.» ¿No les parece conocido el relato? Y el símbolo de la Diosa de Todas las Cosas se convierte en algo más cercano a nuestras creencias religiosas: «Luego asumió la forma de una paloma aclocada en las olas, y a su debido tiempo puso el Huevo Universal.» ¿Con quién procreó la Diosa de Todas las Cosas al Huevo Universal (que fue la figura que inspiró el padre Lamaître para construir desde las ecuaciones de Einstein la Teoría del Big Bang)? Fue la serpiente Ofión quien la Diosa creó con sus manos a partir del viento del norte: «En este sistema religioso arcaico no había hasta entonces dioses ni sacerdotes sino solamente una diosa universal y sus sacerdotisas, pues la mujer constituía el sexo dominante y el hombre era su víctima asustada. No se honraba la paternidad y se atribuía la concepción al viento, la ingestión de habichuelas o a la deglución accidental de un insecto; la herencia era matrilineal y a las culebras se las consideraba encarnaciones de los muertos.» La vida es la que vence a la muerte, la creación es la que vence el tedio que se convierte en desesperanza.
Pero quién propulsa el inicio y el fin de todas las cosas, quién impulsa el motor de los ciclos naturales y sociales: El Tiempo. El dios griego Cronos es quien devora nuestras historias, nuestros amores, nuestros miedos e incluso a la muerte: «Crono se casó con su hermana Rea, a quien está consagrado el roble. Pero la Madre Tierra y su moribundo padre Urano profetizaron que uno de sus hijos lo destronaría. En consecuencia, cada año devoraba a los hijos que le daba Rea: primeramente a Hestia, luego a Deméter y Hera, y más tarde a Hades y Posidón.» Cómo vencer a tal monstruo: «Rea estaba furiosa. Dio a luz a Zeus, su tercer hijo, en plena noche en el monte Liqueo de Arcadia, donde ninguna criatura proyecta su sombra y, después de bañarlo en el río Neda, lo entregó a la Madre Tierra, quien lo llevó a Licto en Creta y lo ocultó en la cueva de Dicte en el monte Egeo. La Madre Tierra lo dejó allí para que lo criaran Adrastea, una ninfa del Fresno, su hermana Io, hijas ambas de Meliseo, y la ninfacabra Amaltea. Se alimentaba de miel y bebía la leche de Amaltea, con el chivo Pan, su hermano adoptivo.» Zeus representa la luz que nace en la noche «donde ninguna criatura proyecta su sombra», Amaltea es el Capricornio, el cuerno de la abundancia de quien se alimentaba junto con su hermano Pan, el amanecer. Nos dice Graves: «Pero en la época a que se refieren estos mitos se permitía ya a los reyes prolongar sus reinados hasta un Año Grande de cien lunaciones y ofrecer víctimas anuales de niños en su lugar; de aquí que se describa a Crono como devorando a sus propios hijos para evitar el destronamiento. Porfirio (Sobre la abstinencia, ii.56) nos cuenta que los Curetes cretenses solían ofrecer sacrificios de niños a Crono en la antigüedad. [/] En Creta se sustituyó pronto a la víctima humana por un cabrito; en Tracia, por un ternero; entre los adoradores eolios de Posidón, por un potro; pero en los distritos atrasados de Arcadia todavía se comía sacrificialmente a niños, incluso en la era cristiana.» Y ahora comemos pavo.
Al Tiempo no se le puede vencer, se le encierra en alegría, en una botella de licor o en una plática con tus seres queridos. Se encapsula en los recuerdos, lo vencemos al rememorar los eventos y reflexionarnos. Hoy es otro día de un año más para organizar un mundo mejor.
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
martes, 9 de noviembre de 2021
Litio: Otro sueño más de la modernización
Batería de litio
Fuente: Wikipedia
El desarrollo tecnológico actual ha generado campos del conocimiento como la computación cuántica o la ciencia de las grandes bases de datos. Al igual que la máquina de vapor, en la Revolución Industrial del siglo XIX, implicó un incremento en la explotación del carbón, los aparatos necesarios para el progreso en esas ramas del saber humano exigen la extracción y tratamiento de nuevos materiales como el litio.
Este tercer elemento químico de la tabla periódica es un metal alcalino como el sodio. Su alta capacidad calorífica (se necesita mucha energía para elevar su temperatura) y potencial electroquímico (poca masa puede almacenar una gran cantidad de energía eléctrica) lo convierte en el material ideal para la construcción de elementos electrónicos, en especial baterías para computadoras, celulares, autos eléctricos entre otros productos de las fábricas modernas. Sin embargo, su extracción y almacenamiento es demasiado complicado ya que es inflamable al contacto con aire o agua, además que no se encuentra en estado puro en la naturaleza. Nos dice la investigadora Ströbele-Gregor en su artículo “Litio y desigualdades de conocimiento en Bolivia”: «... el mercado está dominado por grandes empresas, pues la explotación y el tratamiento industrial del litio se encuentran integrados en estructuras globales entrelazadas y en las cadenas de valor relacionadas.» Por ello Ströbele-Gregor se pregunta, para el caso Bolivia pero que extrapolo a la situación en México, si es posible alcanzar la soberanía nacional de este mineral bajo las condiciones de un Estado sin un presupuesto decente para el desarrollo de la ciencia y tecnología para el sector público o un plan de formación de recursos humanos para el manejo del litio.
«En el discurso político dominante, la explotación y el procesamiento del litio dentro del país [Bolivia] se presentan como una manera de salir de la pobreza y de la dependencia de la ayuda internacional», nos muestra Ströbele-Gregor (ibid.) un mismo discurso político que impera en México respecto a la extracción del litio. El yacimiento más grande de litio en México se encuentra en Bacadéhuachi, Sonora: De dónde se extraerá el agua para la extracción y tratamiento en un área que equivale a la mitad de la superficie de los Valles Centrales de Oaxaca. El cuerpo de agua más cercano es el río Bavispe que se relaciona con el río Yaqui: ¿qué conflictos socioecológicos ocasionará a las comunidades indígenas cercanas?
En la Reforma Energética del gobierno actual, se mandata que el Estado mexicano sea el único con facultades para la extracción, procesamiento, almacenamiento y transporte del litio. Algunos expertos han comparado esta acción, desde el ámbito histórico, con la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas. Sin embargo, el proceso de nacionalización del oro negro no sólo se resolvió con la venia presidencial sino con la exigencia de la clase obrera que trabajaba en las refinerías (ver “Taibo II Cárdenas, crónica de la expropiación” en YouTube). La organización de los trabajadores, que se expresó en la movilización social y sus conocimientos empíricos sobre la maquinaria, hizo posible la nacionalización del petróleo. También el Estado que dirigía Lázaro Cárdenas estaba a favor de esa lucha obrera: ¿Podemos decir lo mismo del gobierno de AMLO a partir de los sucesos en Dos Bocas, Veracruz? Las condiciones para la nacionalización del litio no son las mismas que las del 18 de marzo de 1938. No hay la fundación de un instituto para la profesionalización de los mineros, no hay una organización obrera en la industria del litio que permita, para las necesidades del pueblo no del sector privado, una soberanía nacional sobre ese oro blanco que los dueños de las fábricas modernas codician: El sueño del progreso de la Cuarta Transformación produce monstruos neoliberales.
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87