El tiempo de las viejas (1820). Francisco Goya Fuente: Wikiart |
El festejo de año nuevo está lleno de símbolos. Si hacemos caso a la interpretación de los mitos griegos según Robert Graves, podemos encontrar relaciones con sobre los orígenes y festejos de lo que consideremos un nuevo ciclo solar. El origen el Universo: «En el principio, Eurínome, la Diosa de Todas las Cosas, surgió desnuda del Caos, pero no encontró nada sólido en qué apoyar los pies y, en consecuencia, separó el mar del firmamento y danzó solitaria sobre sus olas.» ¿No les parece conocido el relato? Y el símbolo de la Diosa de Todas las Cosas se convierte en algo más cercano a nuestras creencias religiosas: «Luego asumió la forma de una paloma aclocada en las olas, y a su debido tiempo puso el Huevo Universal.» ¿Con quién procreó la Diosa de Todas las Cosas al Huevo Universal (que fue la figura que inspiró el padre Lamaître para construir desde las ecuaciones de Einstein la Teoría del Big Bang)? Fue la serpiente Ofión quien la Diosa creó con sus manos a partir del viento del norte: «En este sistema religioso arcaico no había hasta entonces dioses ni sacerdotes sino solamente una diosa universal y sus sacerdotisas, pues la mujer constituía el sexo dominante y el hombre era su víctima asustada. No se honraba la paternidad y se atribuía la concepción al viento, la ingestión de habichuelas o a la deglución accidental de un insecto; la herencia era matrilineal y a las culebras se las consideraba encarnaciones de los muertos.» La vida es la que vence a la muerte, la creación es la que vence el tedio que se convierte en desesperanza.
Pero quién propulsa el inicio y el fin de todas las cosas, quién impulsa el motor de los ciclos naturales y sociales: El Tiempo. El dios griego Cronos es quien devora nuestras historias, nuestros amores, nuestros miedos e incluso a la muerte: «Crono se casó con su hermana Rea, a quien está consagrado el roble. Pero la Madre Tierra y su moribundo padre Urano profetizaron que uno de sus hijos lo destronaría. En consecuencia, cada año devoraba a los hijos que le daba Rea: primeramente a Hestia, luego a Deméter y Hera, y más tarde a Hades y Posidón.» Cómo vencer a tal monstruo: «Rea estaba furiosa. Dio a luz a Zeus, su tercer hijo, en plena noche en el monte Liqueo de Arcadia, donde ninguna criatura proyecta su sombra y, después de bañarlo en el río Neda, lo entregó a la Madre Tierra, quien lo llevó a Licto en Creta y lo ocultó en la cueva de Dicte en el monte Egeo. La Madre Tierra lo dejó allí para que lo criaran Adrastea, una ninfa del Fresno, su hermana Io, hijas ambas de Meliseo, y la ninfacabra Amaltea. Se alimentaba de miel y bebía la leche de Amaltea, con el chivo Pan, su hermano adoptivo.» Zeus representa la luz que nace en la noche «donde ninguna criatura proyecta su sombra», Amaltea es el Capricornio, el cuerno de la abundancia de quien se alimentaba junto con su hermano Pan, el amanecer. Nos dice Graves: «Pero en la época a que se refieren estos mitos se permitía ya a los reyes prolongar sus reinados hasta un Año Grande de cien lunaciones y ofrecer víctimas anuales de niños en su lugar; de aquí que se describa a Crono como devorando a sus propios hijos para evitar el destronamiento. Porfirio (Sobre la abstinencia, ii.56) nos cuenta que los Curetes cretenses solían ofrecer sacrificios de niños a Crono en la antigüedad. [/] En Creta se sustituyó pronto a la víctima humana por un cabrito; en Tracia, por un ternero; entre los adoradores eolios de Posidón, por un potro; pero en los distritos atrasados de Arcadia todavía se comía sacrificialmente a niños, incluso en la era cristiana.» Y ahora comemos pavo.
Al Tiempo no se le puede vencer, se le encierra en alegría, en una botella de licor o en una plática con tus seres queridos. Se encapsula en los recuerdos, lo vencemos al rememorar los eventos y reflexionarnos. Hoy es otro día de un año más para organizar un mundo mejor.
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
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