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Fuente: CCH UNAM |
El pasado 30 de noviembre, la Secretaría de Trabajos y
Conflictos del nivel de Secundarias Técnicas del Comité Ejecutivo de la sección
XXII (STC-ST XXII) organizó la Primera
Jornada de Aprendizajes y Desarrollo Profesional del nivel de Educación
Secundaria Técnica. Este evento, que se realizó en la Escuela Secundaria
Técnica núm. 1, contó con la presencia de la Dra. Frida Díaz Barriga (quien es
una de las investigadoras en educación más importantes del país), la Dra.
Yareni Annalie Dominguez Delgado (investigadora de la UNAM), miembros del Grupo
de Investigación en Docencia y Diseño Educativo y TIC de la UNAM (GIDDET-UNAM),
el profesor Gonzalo Toledo Cruz (titular de la STC-ST XXII), el profesor Ramsés
Barroso Bravo (perteneciente a Secundarias Técnicas) y representantes de
Secundarias Técnicas de la Unidad de Educación Secundaria del IEEPO.
Con el propósito de “desarrollar
acciones sistemáticas encaminadas a reiniciar el proceso de profesionalización
de los trabajadores de este nivel educativo, con miras a la transformación de
la práctica docente en el marco del Plan para la Transformación de la Educación
en Oaxaca (PTEO)”, esta jornada consistió en la presentación del libro Dispositivos pedagógicos basados en la
narrativa de la Dra. Frida Díaz Barriga el cual sirvió de base para los
talleres que impartió el GIDDET-UNAM y el seminario permanente para los equipos
pedagógicos de la Mesa Técnica del nivel de Secundarias Técnicas.
La propuesta del libro de Díaz
Barriga se basa en que: “Los seres humanos pensamos la vida de manera
narrativa, construimos una identidad porque podemos narrar historias acerca de
nosotros mismos y a través de la narrativa reflexionamos y tomamos conciencia de
la cultura y la sociedad en qué vivimos. Gracias a la narrativa, ordenamos al
mundo de la experiencia, arribamos continuamente a nuevas compresiones y
creamos nuevos significados”. El estudio de la narración como fuente de
aprendizaje no es algo nuevo en el campo de las neurociencias y la psicología
(carrera base de la Dra. Frida Díaz Barriga): «¿Por qué parece que nuestro
cerebro se dispone a disfrutar las historias? y ¿cómo es que los efectos
cognoscitivos y emocionales de una narración influyen en nuestras creencias y
decisiones del mundo real? / Las respuestas a estas preguntas parecen tener su
raíz en nuestra historia como animal social. Contamos historias sobre otras
personas y para otras personas. Las historias nos ayudan a guardar memoria
sobre lo que pasa en nuestras comunidades. La seguridad, del mundo imaginario
de una historia podría ser un tipo de campo de entrenamiento, donde podamos
practicar la interacción con otros y aprender las costumbres y reglas de la
sociedad. Y las historias tienen un único poder para persuadir y motivar,
porque se sirven de nuestras emociones y nuestra capacidad empática.» [Hsu, J. The Secrets of Storytelling: Why We Love a
Good Yarn. Scientific American Mind.
Agosto 2008 (en línea, traducción libre)]. Tampoco desde el aspecto pedagógico
desde el cual Jerome Bruner fue el primero en establecer a la narración como
herramienta para la docencia: “la narración es un modo de pensar, una
estructura para organizar nuestra conciencia y un vehículo en el proceso de la
educación y, en particular, de la educación científica”. Desde el aspecto filosófico,
Walter Benjamin, en su texto “El narrador” ya describió su característica
artesanal e importancia subjetiva: «La narración, tal como brota lentamente en
el círculo del artesanado —el campesino, el marítimo y, posteriormente también
el urbano—, es, de por sí, la forma similarmente artesanal de la comunicación.
No se propone transmitir, como lo haría la información o el parte, el “puro”
asunto en sí. Más bien lo sumerge en la vida del comunicante, para poder luego
recuperarlo. Por lo tanto, la huella del narrador queda adherida a la
narración, como las del alfarero a la superficie de su vasija de barro.» Desde
lo que establece Benjamin cabe preguntarse: ¿cómo utilizar una narración de tal
manera que supere esa característica subjetiva y logre concretarse, en el aula,
como un conocimiento objetivo? Nos responde la Dra. Frida Díaz Barriga en su
ponencia: “La elección de las narrativas deben estar acordes a lo que deseo
trabajar en clases. Hay que problematizarla y buscar hacer evidencias. La
narrativa es manejar otros mundos posibles.”
Hay que destacar que estos
talleres se ofrecieron a supervisores, directores y líderes pedagógicos de las
escuelas secundarias técnicas de las 34 zonas escolares de Oaxaca no a maestros
en aula. Es una lástima que el conocimiento teórico y manejo de esta
herramienta, que es de mucha utilidad en el marco de una educación alternativa
como lo plantea el PTEO, no pudo acercarse de forma directa a los maestros en
aula: ¿cómo plantearán ahora los organizadores hacer llegar algo tan valioso
para el trabajo en aula?, ¿cómo pretenden dar un ejemplo de educación
alternativa desde una actividad de carácter autoritario y sectario?, ¿cuál es
la razón de no realizar gestiones para repartir un libro que tiene un costo de
330 pesos y no distribuirlo entre los docentes en el aula? La transformación de
la educación, con base en la experiencia de los movimientos magisteriales que
se ligan a la lucha social, sólo se realiza a través del trabajo en el aula, es
decir, no desde arriba, sino desde abajo donde los problemas urgentes y
emergentes del magisterio surgen, donde el trabajo docente se encuentra ligado
a la narrativa de las comunidades: ¿qué experiencias desde el aula se están
perdiendo o ignoran aquellos que pretenden desde arriba cambiar la educación?
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
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