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El diablo toma una cabeza en el aire (1876) Odilon Redon Fuente: Wikiart |
Contaminación, adicción, explotación
entre otros efectos son productos de una ciencia al servicio del capitalismo,
una que forma científicos alienados. Nos dice Ernesto Sabato, escritor y físico
argentino, en Hombres y engranajes:
“Este es el hombre moderno. Conoce las fuerzas que gobiernan el mundo, las
tiene a su servicio, es el dios de la tierra: es el diablo”. Agregaría: un
diablo que está al servicio del explotador. ¿Qué tipo de moral tiene un ser
humano a partir de una ciencia que se genera de las mentes de científicos sin
conciencia que los problemas sociales y naturales son causa del sistema
económico actual?
«Pensar en la
ciencia lleva a los individuos a respaldar normas morales más estrictas y exhibir
un comportamiento más moralmente normativo.» [Ma-Kellams C., Blascovich J. Correction: Does “Science” Make You Moral?
The Effects of Priming Science on Moral Judgments and Behavior. PLOS ONE
(2014)] Dicho estudio (que en español se traduce como ¿La ciencia hace tu moral? Los efectos de los principios de la ciencia
sobre los juicios de la moral y el comportamiento) nos dice que la ciencia
puede servir como un sistema creencias pero que, a diferencia de la religión,
es contraintuitiva «al grado en que no confía en sistemas cognoscitivos
universales, automáticos, inconscientes». Es decir ofrece una explicación
plausible a los fenómenos naturales y sociales a través de la lógica y la
razón. Pero esa consistencia nos ofrece una visión del mundo y cómo debemos
comportarnos.
A través de cuatro
grupos de personas en quienes se probó «la correlación natural entre la
exposición a la ciencia y la probabilidad de hacer cumplir las normas morales»
además de manipular sus «pensamientos acerca de la ciencia [para examinar] el
impacto causal de tales pensamientos en el comportamiento moral imaginado y
real» se observó «un efecto moralizador en una amplia gama de dominios,
incluidas la violación de lo personal, las acciones altruistas y la explotación
económica».
«En consecuencia,
la noción de ciencia contiene en ella la visión moral más amplia de una
sociedad que usa la racionalidad para el beneficio mutuo. Consistente con la
noción que la ciencia juega un papel clave en la visión moral de una sociedad de
beneficio mutuo, los estudiosos han sostenido que el acercamiento sistemático
de la ciencia en el estudio de las causas y las consecuencias permite las
opiniones más informadas sobre el problema de lo que es bueno y malo”. Regresando
a la pregunta que abrió este artículo ¿qué tipo de moral propaga un científico
que se subordina al mercado capitalista? Concluyo que, si el conocimiento
científico propicia una actitud moral en nuestra vida como individuo y
colectivo, ¿acaso la investigación científica que surge de las necesidades de
la burguesía no genera una moral burguesa? Una moral, como nos diría Charles
Baudelaire, que se sirve de “caricias serviles dirigidas a pasiones de esclavos
encolerizados”.
Un ejemplo
moralizador: “Hay que luchar contra el hambre del mundo”. Los científicos al
servicio de Bayer crean los transgénicos para solucionarlo; el producto genera
la desaparición de la variabilidad genética necesaria para la adaptación
alimenticia [Narváez, A. “La prolongada batalla por el maíz”. Nexos. 1 de junio de 2018 (en línea)].
Sin embargo la empresa Bayer “tiene un gran impacto en el desarrollo social de
los países y comunidades en las que estamos presentes” [Portal de Bayer]. Simples
caricias serviles para problemas urgentes y emergentes de las comunidades que
no sólo abarcan el ámbito natural sino social: conservación de la lengua y la
tierra que configuran el conocimiento ecológico que permite técnicas rurales
agrícolas y que van en contra de la lógica y la razón del mercado capitalista. Técnicas
que combaten el discurso cientificista que legitima un comportamiento moral de
discriminación, paternalismo e idealización hacia saberes que resisten ante la
embestida moral de algunos investigadores que pretenden conservar sus
privilegios y que se encuentran desconectados de la realidad.
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián
Tutla, Oaxaca
51 7 50 87
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