sábado, 23 de febrero de 2019

La mafia en la ciencia


Enrique Cabrero (exdirector del Conacyt)
Fuente: Wikipedia

¿La ciencia en México realmente ayuda a las comunidades o sólo es un sector que sirve para pagar favores políticos? ¿Por qué la mayoría de los científicos mexicanos (ya sea los que están a favor de la nueva administración o la anterior) están de acuerdo en que se utilicen recursos públicos para beneficiar a las empresas privadas? ¿La Ley Federal de Humanidades, Ciencias y Tecnologías del gobierno morenista es diferente en lo fundamental a la Ley Federal de Ciencia y Tecnología del gobierno priísta?

En la conferencia matutina del 14 de febrero, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) mencionó la existencia de una mafia en el sector científico mexicano. Esta sentencia surgió a partir de los cuestionamientos de un grupo de científicos a la Ley de Humanidades, Ciencias y Tecnologías que propuso la senadora morenista Ana Lilia Rivera. ¿Qué establecen la nueva ley de ciencia y la anterior?

Algunos de los objetivos de la Ley Federal de Ciencia y Tecnología del gobierno peñista eran fortalecer las instituciones descentralizadas del Conacyt (Consejos de Ciencia y Tecnología de cada estado, el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, el Consejo General de Ciencia y Tecnología entre otros), mejorar el diseño de los instrumentos de financiamiento a la ciencia, tecnología e innovación (CTI) y ampliar la estrategia de Ciencia Abierta (divulgación). Sin embargo hay que destacar que Enrique Cabrero, director del Conacyt en el gobierno de Peña Nieto, fue partidario (así lo mencionó en varios medios) de financiar con dinero público del sector científico a la investigación del sector empresarial privado por lo que cabe preguntarse: ¿a quién beneficiaría esa ley de ciencia?

Por otro lado, la nueva propuesta de ley de la Cuarta Transformación no cambia en esencia la subordinación de la investigación científica a las necesidades de la clase empresarial. Entre los principales cambios de la Ley Federal de Humanidades, Ciencias y Tecnologías del actual gobierno se encuentra la desaparición de los organismos descentralizados del Conacyt además de «una mayor “eficiencia” administrativa, y la definición de “principios y reglas sobre los cuales deberán desempeñarse las actividades de investigación y desarrollo tecnológico en el país” (Artículo 1, Base I [de la nueva Ley de Ciencia]).» [Flores, E. “Desde adentro del Conacyt no se ve bien el futuro: alertan espiral de retrocesos y malas decisiones”. Sin embargo. 14 de febrero de 2019 (en línea)]. Es decir centraliza los recursos del sector científico al Conacyt quien, en manos de la Dra. María Elena Álvarez-Buylla, dirigirá las líneas de investigación de la Cuarta Transformación.

No dudo de la capacidad científica de la Dra. Álvarez-Buylla así tampoco dudo de sus buenas intenciones (su Plan de reestructuración estratégica del Conacyt, que se encuentra en línea, está lleno de excelentes ideas que pueden cambiar el quehacer científico en México); sin embrago ya ha demostrado que es ingenuamente maderista. Cabe recordar que se filtró un documento confidencial en el que aparece su firma y donde se mandataba la reducción de becas para los estudiantes de las carreras científicas. Esta simple jugada, que se orquestó desde las esferas enemigas de este nuevo gobierno, demostró la incapacidad política de la actual directora del Conacyt para mediar entre los intereses del pueblo mexicano, las empresas y los deseos del gobierno actual (estos dos últimos han mostrado una vinculación cada vez más fuerte durante los 84 días de la presidencia de AMLO) y no le ha permitido sortear de manera digna los dos últimos escándalos que han involucrado a la institución que dirige.

Entonces ¿cuál es la idea de los que eran antes oposición y ahora forman parte de la Cuarta Transformación? Uno de los intelectuales científicos de “izquierda” reflexiona: «Existe una idea arraigada en algunos sectores de la izquierda (no todos) y entre funcionarios del actual gobierno (tampoco la totalidad), de que las empresas privadas son el demonio y las trasnacionales son mucho más que eso. Esta concepción puede ser útil para ganar aplausos en alguna asamblea o para atraer a sectores muy ideologizados hacia la oposición a los avances en algunas áreas del conocimiento, pero no sirven para entender el papel que han jugado y juegan las empresas en el desarrollo de la ciencia en el mundo y el que pueden desempeñar en nuestro país.» [Flores, J. “Ciencia y empresa privada”. La Jornada. 29 de enero de 2019 (en línea)].

Cuál papel del sector empresarial: ¿el de sus investigaciones mineras que han contaminado mantos acuíferos?, ¿el de sus investigaciones agrícolas que han destruido ecosistemas?, ¿el de las investigaciones alimentarias que han diseñado productos cada vez más adictivos y dañinos para la niñez y la juventud? El papel de la ciencia dentro de un sistema capitalista sólo sirve a los intereses de los dueños de las fábricas. El aumento de las ganancias sólo se logra explotando al obrero o mejorando los medios de producción. Por lo tanto ambas propuestas, la del actual y anterior gobierno, son insostenibles y son contrarias a las necesidades y urgencias de las comunidades ya que ninguna está al servicio del pueblo sino de la oligarquía que cada día succiona más la fuerza intelectual de nuestros futuros científicos.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

sábado, 16 de febrero de 2019

Galileo Galilei y los experimentos mentales

Retrato de Galileo (1636)
Fuente: Wikipedia



Entre sus muchas consecuencias, la revolución copernicana causó una disyuntiva entre lo real y lo abstracto (matemático). Por una parte el modelo de Ptolomeo indicaba que el Sol y los demás planetas giraban alrededor de la Tierra. Eso era lo más verosímil: ¿cómo compruebas que la Tierra se mueve?

La única prueba, que Copérnico tenía, era una mala demostración matemática y una justificación muy personal sobre el porqué el Sol debía ser el centro (consideraba que el Astro Rey era la lumbrera de Dios). Por eso era de esperarse el señalamiento tan brutal de Osiander, teólogo protestante alemán y uno de los hombres de confianza de Lutero, respecto a la obra copernicana: “Y no espere nadie, en lo que respecta a las hipótesis [copernicanas], algo cierto de la astronomía, pues no puede proporcionarlo; para que no salga de esta disciplina más estúpido de lo que entró, si toma como verdad lo imaginado para otro uso. Adiós”, estas palabras se encuentran en el prefacio del De revolutionibus orbium coelestium (Sobre las revoluciones de los orbes celestes) que se publicó justo después de la muerte de Copérnico. Algunos historiadores dicen que Copérnico aprobó el prefacio sin comprenderlo, cuenta el rumor que él murió justo después de darle el visto bueno a su obra. Nunca sabremos si Copérnico realmente creyó que era algo real su sistema o que era un mero truco matemático para resolver la crisis astronómica que ya presentaba el sistema heliocéntrico.

A Copérnico lo enterraron y su libro dio sus frutos. La matemática, para Kepler el lenguaje en el que se comunica Dios con los hombres, les decía a los astrónomos que la Tierra se mueve pero sus sentidos dictaban lo contrario. Tycho Brahe, a partir de sus datos experimentales, crearía un tercer sistema matemático que nuevamente dejaría a la Tierra estática. El modelo de Brahe hacía verosímil una Tierra inmóvil además que comprobaba ciertas predicciones que hacia el modelo copernicano con respecto al movimiento del Sol y los demás planetas. Galileo, al escribir su crítica al modelo ptolemaico y ensalzar el copernicano, omitió el sistema de Brahe porque no sabía cómo refutarlo. Brahe era un genio de lo real, Galileo era un genio de lo abstracto.

Sin embargo Galileo tenía ciertas ventajas sobre Brahe. Tycho nunca conocería el telescopio además de que Galileo era un genio experimental en lo material y lo ideal. La genialidad galileana dio lugar a los experimentos mentales la cual es una herramienta muy útil en la actualidad para explicar y comprender ciertas interpretaciones del mundo físico que surgen de la matemática (el mundo mental, abstracto).

El experimento mental que Galileo pensó para comprobar el movimiento de la Tierra y su aparente inmovilidad (el cual lo modificaré para que encaja con la actualidad) es el siguiente: Imaginemos que vamos en un automóvil (Galileo usaba como ejemplo un barco). Dentro de éste nos encontramos jugando con una pelota que la botamos hacia arriba y después nos cae en la mano (Galileo imaginaba aventando de la punta del mástil un saco lleno de arena). El modelo ptolemaico (que se basa en física aristotélica) predice que la pelota, al aventarla hacia arriba, se irá hacia la parte trasera del coche (si el barco iba hacia adelante, el saco caería alejado del mástil hacia atrás). No sucede eso. La pelota cae en nuestra mano porque se mueve junto con nosotros que a la vez nos movemos junto con el coche (el saco resulta que cae justo en la base del mástil). Todo lo anterior sin tomar en cuenta el aire (por eso es un experimento mental porque podemos imaginar las condiciones necesarias aunque no podamos recrearlas) Con la Tierra, rotando a miles de kilómetros por hora respecto al ecuador, sucede lo mismo.

El gran triunfo de Galileo no fue su enfrentamiento contra la Iglesia Católica para defender el modelo copernicano (de hecho fue un fracaso total que aún seguimos sufriendo) sino la fusión que hizo entre lo experimental y lo matemático. Galileo nos ofreció el método para convertir, de una forma natural y no forzada, lo inverosímil en lo verosímil. De alguna forma, parafraseando lo que dijo escritor chileno Aldo Astete Cuadra sobre el surrealismo, apostó a la imaginación al servicio de la locura y a ésta, como descriptora de la realidad, bajo su propia razón: lo ideal también pueden existir.

Raúl Fierro 
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

sábado, 9 de febrero de 2019

Amor-es científico-s

Nicolas Fatio de Duillier
Fuente: Wikipedia


Para quien es mar, mi mar

El amor es negociación, la pasión honestidad. A lo que la ciencia llama amor, yo le llamo deseo y pasión. El amor sólo se alcanza con el conocimiento, explorando de forma erótica, intelectual y espiritual a tu pareja. La pasión y el deseo es la supresión de la razón. El ser humano racional conoce los síntomas de su pasión y deseo por lo tanto los ocupa como fuente creativa y cognitiva, el ser animal irracional los desconoce y destruye a aquello o a quien desea poseer. El ser humano racional es el único que puede llegar a amar.

El amor, desde el punto de vista de la ciencia, causa una tensión parecida a la preparación de una pelea o una fuga: «Numerosas regiones cerebrales, en particular las relacionadas con la recompensa y la motivación, se activan cuando pensamos en una pareja romántica o estamos en su presencia, entre ellas el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior. La activación de estas áreas puede servir para inhibir el comportamiento defensivo, reducir la ansiedad y aumentar la confianza en la pareja. Además, se desactivan áreas como la amígdala y el córtex frontal, un proceso cuya función posiblemente sea reducir la probabilidad de la aparición de emociones negativas o juicios sobre la pareja.» [Brewer, G. “¿Qué es el amor? Esto es lo que nos dice la ciencia”. El País. 19 de julio de 2016 (en línea)]

Si el hipocampo regula la memoria y la percepción espacial, el hipotálamo regula la temperatura corporal y las conductas alimenticias, el córtex del cíngulo anterior regula el ritmo cardíaco y la toma de decisiones (además todas ellas conectan como un puente los dos hemisferios cerebrales) ¿puede que tenga sentido todas esas frase relacionados con el amor y la pasión: “estás caliente”, “estás como perdido”, “te veo más contento” además de otras sensaciones como el hambre (“siento mariposas en el estómago”) y la audacia (“me siento capaz de hacer todo por ti”)? Para la ciencia el amor es una exquisita enfermedad mental.

¿Puede una mente genial escapar de esa locura? Aquí presento tres ejemplos de que el amor y la pasión alcanzan hasta las mentes científicas, las que se suponen son más lógicas y frías:

Johannes Kepler
Varios de sus amigos alcahuetes querían casarlo. Vieron en Bárbara Muehleck, hija de un propietario de un molino, a la esposa ideal. Bárbara opinaba que era un pobre observador de estrellas además de no comprender nada de su trabajo. Era una mujer colérica: “esto me incitaba a provocarla”, escribió Kepler, “pero aprendí mi lección, aprendí a tener paciencia con ella. Cuando veía que se tomaba a mal mis palabras, prefería morderme el dedo antes de seguir discutiendo con ella”. A pesar de los malos designios, se casaron el 27 de abril de 1597 “bajo un cielo calamitoso”. Sin embargo le reconocía el amor por sus hijos. Después de la muerte de Bárbara a los 37 años, decidió casarse de nuevo para tener con quien cuidarlos.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.

Galileo Galilei
A Marina Gamba la conoció en un viaje a Venecia. Él tenía 35 años, ella tenía 21. La llevó a vivir con él a Padua. Nunca se casaron y tuvieron tres hijos. Cuando él se mudó a Florencia, se separaron. Ella se quedó con dos y se volvió a casar, él se quedó con Vincenzo, al único que reconoció por intercesión del Gran Duque de Toscana.

Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Sir Isaac Newton
Murió virgen a la edad de 84 años. Nicolas Fatio de Duillier, matemático y astrónomo suizo quien defendió con gran vehemencia a Newton frente a Leibinz, seguramente fue uno de los que más le lloró. ¿Por qué lo creo? Por su correspondencia:

Newton: La habitación contigua a la mía está libre... puesto que vuestras esperanzas de riqueza tal vez no alcancen para cumplir vuestro designio de una subsistencia en Londres, podemos arreglar las cosas de modo que aquí [en Cambridge] os resulte mucho más fácil.
Fatio: Desearía, Sir, vivir toda mi vida , o la mayor parte de ella, con vos, si eso fuera posible, y me sentiré muy feliz con cualquier medio para lograrlo, siempre que no represente una carga para vos.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

sábado, 2 de febrero de 2019

Revolución Industrial y la lucha obrera en Matamoros

Fuente: La voz Obrera de Matamoros (Facebook)



Uno de los inventos más importantes que impulsó la expansión planetaria del sistema capitalista es la máquina de vapor y con ello el inicio de la industria maquiladora. Su inventor fue el escocés James Watt (1736-1819) quien utilizó el conocimiento de las leyes de los gases del físico inglés Robert Boyle (1635-1703), los métodos estadísticos del matemático Daniel Bernoulli (1700-1782) y los conceptos de capacidad calorífica y calor latente del ingeniero Joseph Black (1728-1799) para diseñar una máquina que pondría en marcha la Revolución Industrial.

Durante aproximadamente dos centurias (de mediados del siglo XVII a mediados del siglo XIX) se configuró la caída de la clase aristócrata, clase dominante del sistema económico feudal, a través del financiamiento de tecnologías que elevaran la producción. Esto dio lugar al desarrollo de la termodinámica que permitió la creación de la máquina de vapor y luego a los generadores eléctricos y motores de combustión interna que son la base de la industria actual. «La burguesía no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción, que tanto vale decir el sistema todo de la producción, y con él todo el régimen social» [Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista].

Por lo anterior, puedo afirmar que la invención de esta máquina no sólo ayudó al desarrollo de las ciencias naturales también permitió el desarrollo de las ciencias sociales. David Ricardo y Adam Smith conformaron la economía política inglesa dentro del marco de la Revolución Industrial. El pensamiento de estos dos economistas ingleses fue fundamental para el desarrollo del pensamiento económico marxista que discernió sobre la relación entre plusvalía y explotación.

Quien haya leído El Capital de Marx notará que cada una de las denuncias que se hace contra el sistema capitalista, surge del pensamiento marxista sobre una base lógico matemática que se alimenta de conceptos económicos. Por ejemplo, para generar mayor plusvalía (el excedente de valor del producto para que se acumule capital) se necesita una mayor tasa de explotación la cual se define como la razón del tiempo de trabajo de explotación sobre el tiempo de trabajo necesario para producir una mercancía. Es decir, para aumentar las ganancias, el burgués sólo puede hacerlo de dos formas: aumentando la jornada laboral del trabajador o financiando el desarrollo científico y tecnológico de los medios de producción. De la primera forma se puede concluir que los intereses de la clase trabajadora no son conciliables con los intereses de la clase empresarial (¿cuánto tiempo necesita trabajar un obrero para cubrir sus necesidades?). De la segunda se puede observar como la clase explotadora dicta las líneas de investigación científica y tecnológica para su beneficio (¿quiénes son los dueños de los medios de producción que se innovan?). Un ejemplo de esa discrepancia entre la clase trabajadora y la clase patronal la encontramos en la huelga de Matamoros en Tamaulipas.

«En el conflicto laboral de Matamoros, se debe apostar al diálogo y al entendimiento entre las empresas y los trabajadores, es la única vía razonable para encontrar una verdadera solución. A pesar de ser HUELGAS LOCALES, seguiremos coadyuvando hacia un entendimiento.» [Twitter: @LuisaAlcalde. 28 de enero de 2019 (18:54 horas) (mayúsculas mías)] ¿Puede haber un entendimiento entre los obreros y los dueños de las empresas cuando sus intereses son tan disímiles? ¿Puede haber diálogo cuando el gobierno mexicano ignora a la organización obrera y declara ilegal una huelga? ¿Por qué minimizar el movimiento obrero etiquetándolo como «huelgas locales»? Habría que señalarle a la Secretaria de Trabajo y Previsión Social que las maquiladoras de Matamoros representan el setenta por ciento de su economía lo que convierte a la región en una zona de vital importancia para la industria de este país. Además estamos hablando de casi 70000 trabajadores, es decir, aproximadamente el 15% de la población de Matamoros que está en lucha y que, si contamos con que este sector mantiene familias y generan ingresos indirectos a otras tantas, este movimiento obrero involucra a más de la mitad de la población de Matamoros. Con estos datos ¿podemos darle el carácter de local a este fenómeno social?

La historia de la ciencia, en específico en su etapa de la Revolución Industrial, demuestra que los avances tecnológicos sirven a los intereses de los explotadores y que el único modo para que sirva a la clase explotada es a través de la lucha de clases (huelgas, plantones, marchas entre otras formas). ¿Acaso los obreros, quienes producen las riquezas para el capitalista y operan las máquinas que generan los productos, que más tarde el trabajador comprará en alguna tienda, no merecen un trato más digno y justo por parte del gobierno y no la descalificación de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social?

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Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
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