sábado, 9 de febrero de 2019

Amor-es científico-s

Nicolas Fatio de Duillier
Fuente: Wikipedia


Para quien es mar, mi mar

El amor es negociación, la pasión honestidad. A lo que la ciencia llama amor, yo le llamo deseo y pasión. El amor sólo se alcanza con el conocimiento, explorando de forma erótica, intelectual y espiritual a tu pareja. La pasión y el deseo es la supresión de la razón. El ser humano racional conoce los síntomas de su pasión y deseo por lo tanto los ocupa como fuente creativa y cognitiva, el ser animal irracional los desconoce y destruye a aquello o a quien desea poseer. El ser humano racional es el único que puede llegar a amar.

El amor, desde el punto de vista de la ciencia, causa una tensión parecida a la preparación de una pelea o una fuga: «Numerosas regiones cerebrales, en particular las relacionadas con la recompensa y la motivación, se activan cuando pensamos en una pareja romántica o estamos en su presencia, entre ellas el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior. La activación de estas áreas puede servir para inhibir el comportamiento defensivo, reducir la ansiedad y aumentar la confianza en la pareja. Además, se desactivan áreas como la amígdala y el córtex frontal, un proceso cuya función posiblemente sea reducir la probabilidad de la aparición de emociones negativas o juicios sobre la pareja.» [Brewer, G. “¿Qué es el amor? Esto es lo que nos dice la ciencia”. El País. 19 de julio de 2016 (en línea)]

Si el hipocampo regula la memoria y la percepción espacial, el hipotálamo regula la temperatura corporal y las conductas alimenticias, el córtex del cíngulo anterior regula el ritmo cardíaco y la toma de decisiones (además todas ellas conectan como un puente los dos hemisferios cerebrales) ¿puede que tenga sentido todas esas frase relacionados con el amor y la pasión: “estás caliente”, “estás como perdido”, “te veo más contento” además de otras sensaciones como el hambre (“siento mariposas en el estómago”) y la audacia (“me siento capaz de hacer todo por ti”)? Para la ciencia el amor es una exquisita enfermedad mental.

¿Puede una mente genial escapar de esa locura? Aquí presento tres ejemplos de que el amor y la pasión alcanzan hasta las mentes científicas, las que se suponen son más lógicas y frías:

Johannes Kepler
Varios de sus amigos alcahuetes querían casarlo. Vieron en Bárbara Muehleck, hija de un propietario de un molino, a la esposa ideal. Bárbara opinaba que era un pobre observador de estrellas además de no comprender nada de su trabajo. Era una mujer colérica: “esto me incitaba a provocarla”, escribió Kepler, “pero aprendí mi lección, aprendí a tener paciencia con ella. Cuando veía que se tomaba a mal mis palabras, prefería morderme el dedo antes de seguir discutiendo con ella”. A pesar de los malos designios, se casaron el 27 de abril de 1597 “bajo un cielo calamitoso”. Sin embargo le reconocía el amor por sus hijos. Después de la muerte de Bárbara a los 37 años, decidió casarse de nuevo para tener con quien cuidarlos.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.

Galileo Galilei
A Marina Gamba la conoció en un viaje a Venecia. Él tenía 35 años, ella tenía 21. La llevó a vivir con él a Padua. Nunca se casaron y tuvieron tres hijos. Cuando él se mudó a Florencia, se separaron. Ella se quedó con dos y se volvió a casar, él se quedó con Vincenzo, al único que reconoció por intercesión del Gran Duque de Toscana.

Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Sir Isaac Newton
Murió virgen a la edad de 84 años. Nicolas Fatio de Duillier, matemático y astrónomo suizo quien defendió con gran vehemencia a Newton frente a Leibinz, seguramente fue uno de los que más le lloró. ¿Por qué lo creo? Por su correspondencia:

Newton: La habitación contigua a la mía está libre... puesto que vuestras esperanzas de riqueza tal vez no alcancen para cumplir vuestro designio de una subsistencia en Londres, podemos arreglar las cosas de modo que aquí [en Cambridge] os resulte mucho más fácil.
Fatio: Desearía, Sir, vivir toda mi vida , o la mayor parte de ella, con vos, si eso fuera posible, y me sentiré muy feliz con cualquier medio para lograrlo, siempre que no represente una carga para vos.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

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