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Retrato de Galileo (1636) Fuente: Wikipedia |
Entre sus muchas consecuencias, la
revolución copernicana causó una disyuntiva entre lo real y lo abstracto
(matemático). Por una parte el modelo de Ptolomeo indicaba que el Sol y los demás
planetas giraban alrededor de la Tierra. Eso era lo más verosímil: ¿cómo
compruebas que la Tierra se mueve?
La única prueba,
que Copérnico tenía, era una mala demostración matemática y una justificación
muy personal sobre el porqué el Sol debía ser el centro (consideraba que el
Astro Rey era la lumbrera de Dios). Por eso era de esperarse el señalamiento tan
brutal de Osiander, teólogo protestante alemán y uno de los hombres de
confianza de Lutero, respecto a la obra copernicana: “Y no espere nadie, en lo
que respecta a las hipótesis [copernicanas], algo cierto de la astronomía, pues
no puede proporcionarlo; para que no salga de esta disciplina más estúpido de
lo que entró, si toma como verdad lo imaginado para otro uso. Adiós”, estas
palabras se encuentran en el prefacio del De
revolutionibus orbium coelestium (Sobre
las revoluciones de los orbes celestes) que se publicó justo después de la
muerte de Copérnico. Algunos historiadores dicen que Copérnico aprobó el
prefacio sin comprenderlo, cuenta el rumor que él murió justo después de darle
el visto bueno a su obra. Nunca sabremos si Copérnico realmente creyó que era
algo real su sistema o que era un mero truco matemático para resolver la crisis
astronómica que ya presentaba el sistema heliocéntrico.
A Copérnico lo
enterraron y su libro dio sus frutos. La matemática, para Kepler el lenguaje en
el que se comunica Dios con los hombres, les decía a los astrónomos que la
Tierra se mueve pero sus sentidos dictaban lo contrario. Tycho Brahe, a partir
de sus datos experimentales, crearía un tercer sistema matemático que
nuevamente dejaría a la Tierra estática. El modelo de Brahe hacía verosímil una
Tierra inmóvil además que comprobaba ciertas predicciones que hacia el modelo
copernicano con respecto al movimiento del Sol y los demás planetas. Galileo,
al escribir su crítica al modelo ptolemaico y ensalzar el copernicano, omitió
el sistema de Brahe porque no sabía cómo refutarlo. Brahe era un genio de lo
real, Galileo era un genio de lo abstracto.
Sin embargo
Galileo tenía ciertas ventajas sobre Brahe. Tycho nunca conocería el telescopio
además de que Galileo era un genio experimental en lo material y lo ideal. La
genialidad galileana dio lugar a los experimentos mentales la cual es una
herramienta muy útil en la actualidad para explicar y comprender ciertas
interpretaciones del mundo físico que surgen de la matemática (el mundo mental,
abstracto).
El experimento
mental que Galileo pensó para comprobar el movimiento de la Tierra y su
aparente inmovilidad (el cual lo modificaré para que encaja con la actualidad)
es el siguiente: Imaginemos que vamos en un automóvil (Galileo usaba como ejemplo
un barco). Dentro de éste nos encontramos jugando con una pelota que la botamos
hacia arriba y después nos cae en la mano (Galileo imaginaba aventando de la
punta del mástil un saco lleno de arena). El modelo ptolemaico (que se basa en
física aristotélica) predice que la pelota, al aventarla hacia arriba, se irá
hacia la parte trasera del coche (si el barco iba hacia adelante, el saco
caería alejado del mástil hacia atrás). No sucede eso. La pelota cae en nuestra
mano porque se mueve junto con nosotros que a la vez nos movemos junto con el
coche (el saco resulta que cae justo en la base del mástil). Todo lo anterior
sin tomar en cuenta el aire (por eso es un experimento mental porque podemos
imaginar las condiciones necesarias aunque no podamos recrearlas) Con la Tierra,
rotando a miles de kilómetros por hora respecto al ecuador, sucede lo mismo.
El gran triunfo de
Galileo no fue su enfrentamiento contra la Iglesia Católica para defender el
modelo copernicano (de hecho fue un fracaso total que aún seguimos sufriendo)
sino la fusión que hizo entre lo experimental y lo matemático. Galileo nos
ofreció el método para convertir, de una forma natural y no forzada, lo inverosímil
en lo verosímil. De alguna forma, parafraseando lo que dijo escritor chileno
Aldo Astete Cuadra sobre el surrealismo, apostó a la imaginación al servicio de
la locura y a ésta, como descriptora de la realidad, bajo su propia razón: lo
ideal también pueden existir.
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián
Tutla, Oaxaca
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