Raúl Fierro*
Hace algunas semanas el gobierno de Enrique Peña Nieto
anunció un recorte del 23.3% al presupuesto federal para Ciencia y Tecnología.
La respuesta de José Franco, titular del Foro Consultivo de Ciencia y
Tecnología, A.C., es la siguiente: “Este retraso presupuestal nos pone al
principio de la meta que se planteó para este sexenio; si tuviéramos que
ejemplificar, la reducción propuesta en el PPEF 2017 representaría 10 años de
convocatorias de ciencia básica en Conacyt; el financiamiento del proyecto
internacional del acelerador de partículas llamado sincrotrón o tres
telescopios de nueva generación”. Es importante la instrumentación científica
pero en un país donde el 56% de su población no confía en el conocimiento
científico (dato de la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la
Tecnología 2013 que realizó el INEGI) ¿acaso no es más importante aumentar la
matrícula de científicos en el país y mejorar la condiciones económicas de los
alumnos-becarios que estudian ciencias para que terminen su carrera, acaso el
estudiante universitario no será el futuro científico que maneje dichos
aparatos que José Franco pide además de que representará la imagen y
expectativa de vida de una población que no tiene una buena percepción de la
ciencia? Peor es el asunto cuando la postura del grupo que establece la agenda
científica es conformista y débil: “William Lee [coordinador de Investigación
Científica de la UNAM] aseveró que por la situación financiera actual de México
y el mundo, EL RECORTE ES NECESARIO, pero no debe ser de tal magnitud”, se
puede leer en el artículo “El recorte a ciencia y tecnología, de 10 por ciento,
no de 23, proponen especialistas” del diario La Jornada (el resalte en
mayúsculas lo escribí).
La ciencia es un factor
importante para el desarrollo de un país y su población. Por una parte es el
motor para impulsar el desarrollo tecnológico que ayude a la población en sus
diversos problemas sociales y económicos. Por otra parte, en los ámbitos
educativo y teórico, la ciencia permite que los habitantes de una nación logren
tener una visión más amplia de los fenómenos y generen un pensamiento crítico
sobre los acontecimientos que lo rodean, esto posibilita la toma decisiones que
le conviene a su comunidad. Por ello es trascendente lo que declaran aquellos
que, desde las instituciones, dirigen la agenda científica. Cómo pueden aceptar
el recorte y no hacer un llamado enérgico al gobierno sobre las consecuencias
de un modelo que atenta contra el desarrollo y la autonomía de las naciones.
La comunidad científica mexicana (comunicadores
de la ciencia, investigadores y sobre todo estudiantes) deberían seguir el
ejemplo de la comunidad científica en Argentina que nos da una muestra de una postura
firme frente al gobierno, no para mitigar, sino para frenar e incluso exigir un
aumento presupuestal en ciencia: “Los reclamos de la comunidad científica, de
la oposición y hasta de sectores del oficialismo surtieron efecto. El Gobierno
decidió aumentar las partidas para Ciencia y Tecnología previstas en el
presupuesto 2017”, se puede leer en el artículo “Asignarán más fondos a Ciencia
y Tecnología” del diario argentino La
Nación.
En México, en vez de marchas
conjuntas de la comunidad estudiantil y académica además de mítines frente a
las instituciones legislativas como sucedió en Argentina, todo quedó en un foro
donde unos cuantos decidieron el futuro de la ciencia en México, un grupo que
no les interesó las condiciones de los universitarios que estudian física, química,
biología y otras disciplinas científicas. Sin embargo la culpa se comparte, no
sólo con el gobierno de Enrique Peña Nieto que tiene la obligación de apoyar al
campo científico y tecnológico, sino con aquellos que con su silencio y apatía
permiten tales atropellos a la formación científica y tecnológica y, en
consecuencia, al desarrollo de las comunidades mexicanas: por qué no unirnos
como en Argentina y exigir para toda la comunidad científica de nuestro país
una mejor perspectiva. Dónde está la voz de la juventud científica mexicana.
*Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4, San Sebastián Tutla,
Oaxaca
Teléfono: 51 7 50 87
Correo electrónico:
trinofiesa@gmail.com
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