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Dibujo de la Luna en Mensajero sideral de Galileo Galilei. Fuente: Wikipedia |
Raúl Fierro*
La Luna ha fascinado a poetas durante siglos. ¿Cuántos
poemas se crearán en este mes cuando se dice que la Luna es más bella? Al tener
el mismo tiempo de rotación (giro sobre su propio eje) y traslación (giro
alrededor de la Tierra), la Luna nos muestra una sola cara. Ocultándonos uno de
sus rostros circula alrededor de la Tierra. Durante siglos ocultó muchos
secretos y, a pesar del paso de los milenios, sigue fascinando a la humanidad. ¿Cuántos
locos habremos declarándole amor al misterio?
Entre esos locos me viene a la
mente el poeta chino Li Po, maestro del poema breve, que declara a la Luna su
amiga de la bebida: “Levanto mi copa, invito a la luna y a mi sombra, y ahora
somos tres”, nos dice este lunático. Li Po, en un delirio alcohólico, muere
tratando de abrazar el reflejo de la Luna sobre un río. Tal vez ahora esté con
el conejo de la Luna y ahora sean cuatro bebiendo.
Ahora pasamos de la magia China a
la europea. En un siglo donde aún existían brujas en las mentes de emperadores
y sacerdotes, existió un astrónomo que se llamaba Kepler. Para sobrevivir
vendía horóscopos a las mentes supersticiosas y temerosas a los vampiros y las
hechiceras. Kepler siempre consideró tontas a esas personas, que a pesar de que
estaban en el poder y se suponía debían ser sabias, dirigían pueblos a matanzas
a partir de mentiras.
Kepler estaba muy preocupado por
ello porque su madre era prisionera de uno de esos hombres supersticiosos. Se
le acusaba de bruja y Kepler no sabía cómo rescatarla. Una noche se durmió
pensando en eso, empezó a soñar que era un niño y que su madre sí era bruja.
En el sueño, tratando de escapar
de su madre, porque siempre lo intentaba vender con los marineros que le
compraban sus pócimas, se fue hacia las islas del Gran Astrónomo. En esas islas
había aparatos gigantescos que medían la traslación de los planetas y sus
distancias con la Tierra, matraces y sustancias que estudiaban la composición
de los cuerpos, matemáticos que dibujaban los nuevos modelos del Universo; sin
embargo, lo que más le interesó al niño Kepler fue la sala que se dedicaba
completamente al estudio de la Luna.
El niño Kepler observaba con
fascinación los dibujos que el Gran Astrónomo había hecho de la Luna. En ellos
veía cráteres, sombras y mares. Tan absorto estaba que no se dio cuenta cuando
el Gran Astrónomo le tocó el hombro y le dijo: “Es bella la Luna ¿verdad?” El
niño Kepler volteó asustado, vio al Gran Astrónomo y su gran nariz de oro.
Dentro del cerebro de su sueño, recordaba haber visto el retrato del Gran
Astrónomo con una nariz chata y horrible, le habían dicho que esa nariz es
falsa, que la perdió en un duelo por una discusión sobre una teoría científica,
otros dicen que por una chica. El niño Kepler no dejaba de ver su nariz de oro,
al Gran Astrónomo no le importó, se sentí muy orgulloso de ella:
“Veo que eres un niño muy curioso”, dijo el Gran Astrónomo.
“Sí, mucho”, respondió Kepler.
“Qué te parece mi sala a la Luna”.
“Muy interesante, señor”.
“Qué sabes sobre la Luna”.
“Que está en el cielo, que tiene sombras, cráteres y mares, que
gira alrededor de nosotros y que nunca muestra su otra cara”.
“Muy bien, y si te dijera que su tamaño es un cuatro veces
más pequeño que la Tierra”.
“¿Tan grande es? ¿Y los otros planetas también tienen lunas?”
“Claro que no, niño”.
Kepler despertó, seguía pensando en su madre mientras la luz
de Luna penetraba en su cuarto.
Ahora déjeme disculparme querido
lector, por terminar tan abruptamente esta adaptación de Somnium que es la primera novela de Ciencia Ficción de la historia
humana, su autor fue Johannes Kepler quien fue uno de los principales pensadores
que tiró las ideas de la perfección del círculo como movimiento y además, en dicha
novela, propuso la idea de la gravedad y las fuerzas a distancia. La Luna
inspiró a este hombre a escribir sobre algo que derrumbaba, aunque sea de forma
literaria, las ideas aristotélicas de la ciencia y de alguna forma abría camino
para que Newton lograra crear toda su teoría cosmológica. Antes de Kepler, las fuerzas de la naturaleza tenían que tocar los objetos para poder existir, después de
él, estas fuerzas actuaban a través del vacío y por todo el Universo (fuerzas a distancia). La Luna
no sólo inspira poetas sino científicos, y en eso lo tengo claro: ambas clases
de hombres son lunáticas.
*Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4, San Sebastián Tutla,
Oaxaca
Teléfono: 51 7 50 87
Correo electrónico:
trinofiesa@gmail.com
Saludos Raúl. Gracias por tu escrito. Te comparto vínculo a obra de Paul Hindemith: Armonía del mundo (1953)
ResponderEliminarcon relación a la obra de Kepler: La armonia del universo. Ciencia, poesía, música.
https://www.youtube.com/watch?v=zJvE8bOZNIA
Muchísimas gracias por leer mi artículo, espero sigas leyendo este espacio. Claro que veré el vídeo, un abrazo y saludos :)
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