viernes, 9 de abril de 2021

Modelos de la mente y educación

Mapas mentales de algoritmos (Joseph Pace, 2017)
Fuente: Wikiart

Ser docente no es fácil, aunque la cultura popular vea así. La primera vez que trabaje en aula, me encontré con cincuenta pares de ojos observando lo que iba a escribir en el pizarrón, atentos a la primera frase que dijera y esperando el pequeño desliz que provocara unas cuantas risas. Al terminar la sesión, sudaba de las manos y temblaba ante la idea de haber transmitido alguna falsedad sobre los conceptos y las categorías que había aprendido en la universidad. Es fácil escribir las ecuaciones de fuerza, energía cinética o de caída libre, pero divulgar las ideas sobre sus orígenes, implicaciones y limitaciones es sumamente complejo.


¿Cómo funciona la mente de un niño o joven? ¿Cómo saber si el contenido quedó bien aprehendido? ¿Cuál es la utilidad de lo que estoy enseñando? Éstas y otras preguntas, respecto a la relación entre los modelos de la mente y la educación, se hace un profesor preocupado por su práctica en el aula (virtual o presencial), ya que las respuestas a estas cuestiones nos conducen a decidir bajo qué modelo pedagógico se desarrollará nuestra práctica docente.


Para Bruner existen dos tipos de modelos de la mente que influyen en el trabajo en aula: el computacionalismo y el culturalismo. El primero concibe a la mente del estudiante como una computadora que recibe programas e información, que un instituto elige y un profesor transmite. El alumno dentro de este modelo, es un sujeto ajeno a influencias externas, incapaz de un proceso dialéctico-crítico. En el computacionalismo, el pensamiento no es complejo, percibe a la mente del estudiante como un vaso vacío. El niño o joven, bajo este modelo de la mente, sólo necesita memorizar datos para poder operar dentro del sistema. Por otro lado, el culturalismo concibe a la mente del estudiante como un ser humano dentro de una comunidad cultural, es decir, que éste va a la escuela junto con sus referentes teóricos, religiosos, artísticos y empíricos sobre el mundo y su comportamiento, más aún, los confronta a los que enseña el profesor. Si trabajamos bajo ese modelo, nuestra prioridad es facilitar en el alumno un proceso dialéctico y crítico, darle un significado a los contenidos para que el estudiante resuelva sus situaciones vitales. Dice Bruner: «La mente igualada al poder de asociación y formación de hábitos privilegia el “injerto” como la verdadera pedagogía, mientras que la mente tomada como la capacidad para la reflexión y el discurso sobre la naturaleza de las verdades necesarias favorece el diálogo socrático.»


Según el modelo de la mente que adoptemos será la práctica docente que desarrollemos. A veces no lo hacemos conscientemente pero siempre está presente. Uno de los propósitos del docente militante es estar conscientes de ese modelo, percibirlo en su trabajo de aula y en relación con la comunidad escolar: responsables de familia, autoridades educativas y principalmente con los niños y jóvenes. Diría Bruner: «El objetivo de la educación es ayudarnos a encontrar nuestro camino en nuestra cultura, a comprenderla en sus complejidades y contradicciones [ya que la escuela constituye] el primer y más importante contacto con la cultura en la que el niño va a vivir y es el primer lugar en el que puede plantearse cómo funciona y el primer sitio donde espera respuestas honestas y sugerencias útiles sobre cómo comprenderla.» En ese sentido ¿cuáles contenidos escolares sirven para resolver las situaciones vitales de los estudiantes en este acontecimiento que viven?: «La tarea de las nuevas generaciones es aprender a vivir no solo en el amplio mundo de una tecnología cambiante y de un flujo continuo de información, sino ser capaces al mismo tiempo de mantener y refrescar también nuestras identidades locales.» ¿Bajo qué modelo de la mente trabajamos en el aula?

 

Nota: Las citas de Bruner son de su libro La educación, la puerta de la cultura.


Raúl Fierro 

Casa de las Ciencias de Oaxaca

Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca

51 7 50 87

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