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Marie Tharp (1968) Fuente: Wikipedia |
Los triunfos de la lucha de la mujer son pasos que nos acercan a la caída del sistema capitalista que ha desacralizado el trabajo del científico, el artista y el filósofo. Por eso es importante conocer el papel de la mujer en la historia de la ciencia y conmemorar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia a través de la reflexión de biografías científicas. Uno de los trabajos fundamentales que aportó las pruebas para que la comunidad científica aceptara por completo la teoría de la deriva continental, la cual explica el movimiento de las placas continentales y, en consecuencia, de los sismos, lo realizó la cartógrafa oceanográfica y geóloga estadounidense Marie Tharp.
En el artículo "Tectónicas de placas: La revolución de las ciencias de la Tierra", el escritor Sergio de Régules menciona que el científico Alfred Wegener, en la primera década del siglo XX, planteó la teoría de la deriva continental la cual «proponía que la corteza terrestre estaba dividida en dos niveles: una capa de roca pesada (basalto) que abarcaba todo el planeta (el suelo oceánico) y otra de roca más ligera (principalmente granito) que descansaba sobre la primera y que sólo cubría parte de la superficie de la Tierra (los continentes). Hace 250 millones de años había un solo supercontinente, al que llamó Pangea. En la era mesozoica (hace entre 66 y 245 millones de años) Pangea se fragmentó y los pedazos se separaron. América se desplazó hacia el oeste, con respecto a África y Europa, abriendo el océano Atlántico». Los geólogos de principios del siglo XX no aceptaron la idea de Wegener ya que él no era especialista en geología sino en astronomía y meteorología. Desde 1915 (año en que se propuso la teoría), tuvieron que pasar cuatro décadas para que se obtuviera la prueba definitiva de que nuestro planeta es una corteza de fragmentos móviles.
Todavía en 1940, las plazas en las universidades se reservaban para una mayoría masculina. Según el artículo Seeing Is Believing: How Marie Tharp Changed Geology Forever (“Ver es creer: Como Marie Tharp cambió la geología para siempre”) de la revista del Instituto Smithsoniano, en Estados Unidos, entre 1920 y 1970, sólo el cuatro por ciento de las plazas de doctorado de Ciencias de la Tierra era para las mujeres. Sin embargo, en 1943 se abrió una oportunidad para miles de investigadoras que buscaban un lugar en las universidades. A causa de la muerte de científicos jóvenes, quienes participaron en la Segunda Guerra Mundial, se abrieron plazas para las mujeres. Una de ellas la obtuvo Marie Tharp quien ya tenía una vasta experiencia en cartografía y geología por la educación que recibió de su padre quien era topógrafo.
La gran aportación de Marie Tharp para la teoría de la deriva continental radica en el descubrimiento de la dorsal Mesoatlántica, que es una cordillera de 40000 km de largo la cual divide al continente americano de los continentes europeo y africano. La dorsal era una predicción de la teoría de Wegener. Para mapear esa cordillera se usó un sonar abordo de un barco, al cual Tharp nunca subió porque no se le permitió por ser mujer, pero logró obtener los datos de la expedición. Su enemigo-colega Bruce C. Heezen, quien estaba en el barco, no logró vislumbrar lo que para Marie Tharp estaba muy claro: el suelo se mueve porque la Tierra es una esfera fragmentada.
Por más de veinte años Heezen descalificó la teoría de la deriva continental la cual calificó como “chácharas de chica”. Marie Tharp defendió de forma apasionada su idea con pruebas científicas. En 1977, la comunidad científica empezó a aceptar la propuesta de Marie Tharp. Fue en 1990 que recibió un reconocimiento por esta importante labor.
La lucha y el triunfo de Marie Tharp son un aporte para la caída de este sistema que mercantiliza el trabajo científico para favorecer los intereses de la clase burguesa y menosprecia el trabajo de la mujer.
Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca