sábado, 2 de febrero de 2019

Revolución Industrial y la lucha obrera en Matamoros

Fuente: La voz Obrera de Matamoros (Facebook)



Uno de los inventos más importantes que impulsó la expansión planetaria del sistema capitalista es la máquina de vapor y con ello el inicio de la industria maquiladora. Su inventor fue el escocés James Watt (1736-1819) quien utilizó el conocimiento de las leyes de los gases del físico inglés Robert Boyle (1635-1703), los métodos estadísticos del matemático Daniel Bernoulli (1700-1782) y los conceptos de capacidad calorífica y calor latente del ingeniero Joseph Black (1728-1799) para diseñar una máquina que pondría en marcha la Revolución Industrial.

Durante aproximadamente dos centurias (de mediados del siglo XVII a mediados del siglo XIX) se configuró la caída de la clase aristócrata, clase dominante del sistema económico feudal, a través del financiamiento de tecnologías que elevaran la producción. Esto dio lugar al desarrollo de la termodinámica que permitió la creación de la máquina de vapor y luego a los generadores eléctricos y motores de combustión interna que son la base de la industria actual. «La burguesía no puede existir si no es revolucionando incesantemente los instrumentos de la producción, que tanto vale decir el sistema todo de la producción, y con él todo el régimen social» [Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista].

Por lo anterior, puedo afirmar que la invención de esta máquina no sólo ayudó al desarrollo de las ciencias naturales también permitió el desarrollo de las ciencias sociales. David Ricardo y Adam Smith conformaron la economía política inglesa dentro del marco de la Revolución Industrial. El pensamiento de estos dos economistas ingleses fue fundamental para el desarrollo del pensamiento económico marxista que discernió sobre la relación entre plusvalía y explotación.

Quien haya leído El Capital de Marx notará que cada una de las denuncias que se hace contra el sistema capitalista, surge del pensamiento marxista sobre una base lógico matemática que se alimenta de conceptos económicos. Por ejemplo, para generar mayor plusvalía (el excedente de valor del producto para que se acumule capital) se necesita una mayor tasa de explotación la cual se define como la razón del tiempo de trabajo de explotación sobre el tiempo de trabajo necesario para producir una mercancía. Es decir, para aumentar las ganancias, el burgués sólo puede hacerlo de dos formas: aumentando la jornada laboral del trabajador o financiando el desarrollo científico y tecnológico de los medios de producción. De la primera forma se puede concluir que los intereses de la clase trabajadora no son conciliables con los intereses de la clase empresarial (¿cuánto tiempo necesita trabajar un obrero para cubrir sus necesidades?). De la segunda se puede observar como la clase explotadora dicta las líneas de investigación científica y tecnológica para su beneficio (¿quiénes son los dueños de los medios de producción que se innovan?). Un ejemplo de esa discrepancia entre la clase trabajadora y la clase patronal la encontramos en la huelga de Matamoros en Tamaulipas.

«En el conflicto laboral de Matamoros, se debe apostar al diálogo y al entendimiento entre las empresas y los trabajadores, es la única vía razonable para encontrar una verdadera solución. A pesar de ser HUELGAS LOCALES, seguiremos coadyuvando hacia un entendimiento.» [Twitter: @LuisaAlcalde. 28 de enero de 2019 (18:54 horas) (mayúsculas mías)] ¿Puede haber un entendimiento entre los obreros y los dueños de las empresas cuando sus intereses son tan disímiles? ¿Puede haber diálogo cuando el gobierno mexicano ignora a la organización obrera y declara ilegal una huelga? ¿Por qué minimizar el movimiento obrero etiquetándolo como «huelgas locales»? Habría que señalarle a la Secretaria de Trabajo y Previsión Social que las maquiladoras de Matamoros representan el setenta por ciento de su economía lo que convierte a la región en una zona de vital importancia para la industria de este país. Además estamos hablando de casi 70000 trabajadores, es decir, aproximadamente el 15% de la población de Matamoros que está en lucha y que, si contamos con que este sector mantiene familias y generan ingresos indirectos a otras tantas, este movimiento obrero involucra a más de la mitad de la población de Matamoros. Con estos datos ¿podemos darle el carácter de local a este fenómeno social?

La historia de la ciencia, en específico en su etapa de la Revolución Industrial, demuestra que los avances tecnológicos sirven a los intereses de los explotadores y que el único modo para que sirva a la clase explotada es a través de la lucha de clases (huelgas, plantones, marchas entre otras formas). ¿Acaso los obreros, quienes producen las riquezas para el capitalista y operan las máquinas que generan los productos, que más tarde el trabajador comprará en alguna tienda, no merecen un trato más digno y justo por parte del gobierno y no la descalificación de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social?

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Raúl Fierro
Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4 San Sebastián Tutla, Oaxaca
51 7 50 87

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