lunes, 28 de noviembre de 2016

Hijoputez: la maldad según Cereijido


Fuente: Revista Replicante

Raúl Fierro

“Todos tenemos experiencias propias, cotidianas, convincentes y abrumadoras de que la ‘hijoputez’ existe y se sigue ganando a pulso su estatuto de infamia universal”, nos dice el íncipit del libro Hacia una teoría general contra los hijos de puta: Un acercamiento científico a los orígenes de la maldad, que el investigador argentino Marcelino Cereijido escribió para explicar la perversidad y sus consecuencias en la humanidad.
Desde un punto de vista científico, a través de anécdotas históricas sobre la maldad (hijoputez) y una explicación de cómo las funciones de los genes determinan nuestra estructura y comportamiento biológico, Cereijido nos ofrece un panorama sobre por qué el humano es el único ser que disfruta el sufrimiento de su prójimo.
Apoyándose en el concepto de pechina, que “en términos biológicos, […] es aquella parte de un organismo, generada por la evolución con un determinado propósito, que luego adquirió una función distinta”, Cereijido nos dice que el poder es una pechina que surgió de la cultura. Dado el programa genético del humano, que le dicta sobrevivir y proteger a su progenie, el poder que se le confiere a una persona es el causante de que su hijoputez se acentué. Para sustentar esta tesis nos muestra dos experimentos: el de Milgram (donde se ve al subordinado justificando su hijoputez: “sólo cumplo órdenes”) y el de Zimbardo (que muestra el comportamiento de una persona que llega al poder y que abusa de su lugar en la sociedad).
Según Hacia una teoría…, el humano es una máquina que se rige, en esencia, por su programación genética que el lento andar de la evolución por el tiempo ha modificado de tal manera que, para sobrevivir, necesita devorar al otro. Pero al parecer hay una solución a la destrucción entre las especies: “La simbiosis y la cooperación son evolutivamente mucho más importantes y superan en gran medida los inconvenientes de la lucha por la existencia”. Estas características se encuentran en la mujer; en su amor maternal: “El hecho de que aquí estemos muestra que ese deseo [de que el bebé sobreviva] viene perdurando y, si bien se inicia con cada bebé que nace y sobrevive, que yo sepa no tiene fecha de caducidad. Espero entonces que ese amor [maternal] nos salve”, nos dice Cereijido, pero no lo hará.
Suponiendo que el ensayo de Cereijido tenga razón, todos los géneros de la especie humana son malvados; incluyendo la mujer y con ello su amor maternal: ¿Por qué gastar recursos necesarios (amar en términos biológicos) para mi cría en la protección de otra? ¿Acaso Cereijido ha olvidado (u omitido) la prueba de Turing que muestra que la conciencia humana (esa cosa que nos dota de capacidad de decisión y simulación) es diferente al de una máquina?

Esta prueba nos hace ver si una computadora (una máquina con muchas líneas de códigos de programación que dictan funciones como los genes dictan funciones al ser humano) tiene conciencia o sólo simula tenerla. Cereijido nunca menciona este experimento que hace tambalear todo el determinismo biológico de la obra. El ser humano está dotado de inteligencia y una percepción de la causa que nos ha permitido crear las disciplinas (física, biología, música, literatura, etc.) que han explicado (no de manera absoluta) los hechos y cosas de este mundo. Es curioso ver que una obra que describe al azar (que surge como la explicación del fenómeno sin causa aparente como el religioso utiliza la figura divina para explicar la naturaleza) busca las causas de algo que simplemente surge porque el hombre tiene conciencia y que esto lo convierte, como se puede observar en la prueba de Turing, en una cosa más allá de tripas, sangre y redes eléctricas.

*Casa de las Ciencias de Oaxaca
Camino Nacional 4, San Sebastián Tutla, Oaxaca
Teléfono: 51 7 50 87
Correo electrónico: trinofiesa@gmail.com

lunes, 21 de noviembre de 2016

La lengua inglesa: ¿una imposición para la creación?

Torre de Babel. M.C. Escher
Fuente: Wikiart


Raúl Fierro*

Hace más de un mes, Bob Dylan, músico estadounidense, recibió el premio Nobel en Literatura “por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición americana de la canción”, según la Academia Sueca quien ofrece dicho reconocimiento. La importancia del galardón radica en que es una brújula, una guía de la agenda del conocimiento mundial: ¿qué nos depara en el futuro el conocimiento? y ¿cómo se piensa en la actualidad? Por ello se generó una intensa polémica sobre el evento Dylan-Nobel. Tal polémica giro alrededor de la pregunta: ¿un músico, un escritor de canciones, merece un premio que tradicionalmente se ha reservado para escritores de libros? Las masas intelectuales y críticas del país se avocaron a una pregunta que considero incombustible: la frontera entre la música y la literatura sólo la divide el sonido y un premio sólo sirve para dos cosas: ganar dinero y prestigio. Creo que esas masas han olvidado el carácter de brújula que tiene el Nobel y no se han hecho las siguientes preguntas: ¿Por qué elegir a un personaje que nunca se le ha traducido su obra a otro idioma?, ¿dentro de la Literatura, acaso la Academia Sueca nos dice que sólo las personas que escriben en inglés merecen que se les llame literato?, ¿acaso la cultura sólo se volverá accesible a aquellos que hablen inglés y las demás lenguas carecen de valor?

Bob Dylan tardó unas semanas en contestar si recibiría el premio. Su respuesta creo que fue la más correcta: recibirá el dinero del premio pero no irá a la ceremonia. Ahora que veo de nuevo las discusiones de algunos colegas en las letras, veo que han capitulado contra el inglés como lo han hecho mis compañeros en las ciencias: siguen sin discutir sobre la bofetada que la lengua inglesa, la lengua dominante en Ciencia y ahora parece ser, como nos los dice la Academia Sueca, en la Literatura, ha dado a las demás.

“Si bien es poco frecuente que escritores elijan moverse fuera de sus lenguas maternas, los científicos hoy en día lo hacen con bastante frecuencia”, nos dice Greta Shum y Tamara Pico, dos articulistas del Scientific American, en su texto “¿Tiene que ser el inglés la lengua dominante de la ciencia?”. Pero ¿qué mueve a un científico a rechazar las posibilidades de su lengua nativa para describir el mundo? Shum y Pico reflexionan al respecto: “En el mundo de la ciencia, donde las revistas en inglés (especialmente las de inglés americano) son vistas como de más prestigio, los autores nativos de lenguas alternativas redactan los manuscritos en inglés y, con frecuencia, después traducen estas obras de nuevo al idioma de su país de origen para que sean publicadas en revistas regionales más pequeñas o actas de congresos.” Es decir, al preferirse una lengua como recipiente del conocimiento implica una discriminación del resto de las publicaciones que se escriben en otro idioma. ¿Qué tiene tan valiosos el inglés que no tengan otras lenguas?, ¿qué me puede contar el inglés que no pueda contarme otras lenguas?, ¿de qué matrices culturales nos perdemos al despreciar otras lenguas como recipientes del conocimiento? “Un científico para el que el inglés no sea la lengua materna, debe forzar sus palabras naturales a un léxico alternativo rígidamente estructurado y este proceso inherentemente cambia la forma en que se registra la ciencia […] la forma en que contamos la historia, la manera en que vemos y percibimos la comunicación”, reflexionan las articulistas del Scientific American en su versión de lengua española.

En Ciencia creo que se ha perdido la batalla de las lenguas; en Literatura tengo la esperanza que aún no, pero al ver el tipo de discusiones, que se generan respecto a la polémica Dylan-Nobel, veo en las masas intelectuales de este país una sumisión a la lengua inglesa, a aceptar el destino trágico de su identidad cultural.

*Casa de las Ciencias de Oaxaca
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martes, 15 de noviembre de 2016

La burbuja mediática del fascismo



Raúl Fierro*

Una de las características del fascismo es aprovecharse de la ignorancia de la realidad exterior de sus habitantes, de encerrarlos en una burbuja mediática y dejar que sus acciones se ahoguen en ella. Ahora con la información digital que parece infinita y la invención de las redes sociales que dan voz, pareciera que vivimos la época más libre de toda la historia humana sin embargo nunca tuvimos un sistema esclavista más efectivo. La burbuja mediática en la que nos encierra el sistema capitalista nunca fue tan placentera como ahora. Para el caso mexicano, el reciente evento electoral en Estados Unidos lo demuestra.

Todos los medios de comunicación y los círculos críticos (escritores, analistas, intelectuales) mexicanos se concentraron, antes y durante las elecciones estadounidenses, en responder la pregunta quién ganaría la presidencia así como las consecuencias sociales y económicas de la respuesta. Pero el objetivo principal no era informar a la gente o que se produjera una verdadero análisis de la sistuación mundial y nacional; la meta era mantener la fiebre electorera, conservando el miedo y la especulación que envicia el pensamiento y lo distrae de cuestiones importantes: ¿Qué pasa en las cámaras mexicanas legislativas sobre las discusiones de las reformas educativa, energética y de salud?, ¿qué sucedió con el recorte en educación y ciencia y las promesas notariadas que Enrique Peña Nieto hizo al pueblo mexicano?, ¿en qué quedó lo del asesino y prófugo Javier Duarte y los millones que se robó? Todas esas preguntas deberían esperar, un nuevo emperador iba tomar el poder y lo esclavos querían saber de qué color (o género en este caso) iba a ser el látigo.

“Llénalos de noticias incombustibles. Sentirán que la información los ahoga, pero se creerán inteligentes. Les parecerá que están pensando, tendrán una sensación de movimiento sin moverse. Y serán felices, pues los hechos de esa especie no cambian”, le dice el capitán Beatty al bombero Guy Montag, en la obra Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. Este libro, de unos de los escritores de fantasía, terror y ciencia ficción más importantes del siglo pasado, muestra un “futuro” distópico que ha alcanzado nuestro presente: ¿Acaso en las redes sociales, donde supuestamente la libertad se respira, no se nos dice sobre qué temas debemos discutir?

Este sistema ofrece placeres casi imperceptibles. Uno de ellos es la sensación de estar informado y considerar que somos parte del cambio, cuando en realidad estamos todos dentro de una burbuja navegando a través de una atmósfera que se compone de especulaciones, explotación e indiferencia. Nuestra libertad, no individual sino colectiva, peligra más que nunca: “Cuando no conducen a ciento cincuenta kilómetros por hora, y entonces no se puede pensar en otra cosa que en peligro, se entretienen con algún juego, o en una sala donde no es posible discutir con el televisor de cuatro paredes. ¿Por qué? El televisor es real. Es algo inmediato tiene dimensiones, le dice a uno que debe pensar, y de un modo contundente”, reflexiona Faber, un maestro de literatura resignado a la victoria de la dictadura en el mundo de Fahrenheit 451 que después reanima su espíritu de lucha con las acciones de Guy Montag. A veces olvidamos que las redes sociales no son reales sino virtuales y que las verdaderas acciones que cambian el estado de las cosas son las que se realizan en el medio exterior.

Por ello hoy no es peligroso pensar sino simplemente no se puede y si no hay reflexión crítica, nada nos mueve a la acción. Los medios, a través de tendencias y vistas, marcan nuestros temas de discusión, qué es lo importante por pensar y cómo debemos hacerlo. Piense sobre lo que habla, sobre qué discute usted y sabrá qué tan pesado es su grillete.

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jueves, 3 de noviembre de 2016

Recorte al presupuesto científico y tecnológico: la solución mexicana frente a la argentina

Protesta, frente la Congreso argentino, contra el recorte en ciencia y tecnología.
Fuente: La Nación



Raúl Fierro*

Hace algunas semanas el gobierno de Enrique Peña Nieto anunció un recorte del 23.3% al presupuesto federal para Ciencia y Tecnología. La respuesta de José Franco, titular del Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología, A.C., es la siguiente: “Este retraso presupuestal nos pone al principio de la meta que se planteó para este sexenio; si tuviéramos que ejemplificar, la reducción propuesta en el PPEF 2017 representaría 10 años de convocatorias de ciencia básica en Conacyt; el financiamiento del proyecto internacional del acelerador de partículas llamado sincrotrón o tres telescopios de nueva generación”. Es importante la instrumentación científica pero en un país donde el 56% de su población no confía en el conocimiento científico (dato de la Encuesta sobre la Percepción Pública de la Ciencia y la Tecnología 2013 que realizó el INEGI) ¿acaso no es más importante aumentar la matrícula de científicos en el país y mejorar la condiciones económicas de los alumnos-becarios que estudian ciencias para que terminen su carrera, acaso el estudiante universitario no será el futuro científico que maneje dichos aparatos que José Franco pide además de que representará la imagen y expectativa de vida de una población que no tiene una buena percepción de la ciencia? Peor es el asunto cuando la postura del grupo que establece la agenda científica es conformista y débil: “William Lee [coordinador de Investigación Científica de la UNAM] aseveró que por la situación financiera actual de México y el mundo, EL RECORTE ES NECESARIO, pero no debe ser de tal magnitud”, se puede leer en el artículo “El recorte a ciencia y tecnología, de 10 por ciento, no de 23, proponen especialistas” del diario La Jornada (el resalte en mayúsculas lo escribí).

La ciencia es un factor importante para el desarrollo de un país y su población. Por una parte es el motor para impulsar el desarrollo tecnológico que ayude a la población en sus diversos problemas sociales y económicos. Por otra parte, en los ámbitos educativo y teórico, la ciencia permite que los habitantes de una nación logren tener una visión más amplia de los fenómenos y generen un pensamiento crítico sobre los acontecimientos que lo rodean, esto posibilita la toma decisiones que le conviene a su comunidad. Por ello es trascendente lo que declaran aquellos que, desde las instituciones, dirigen la agenda científica. Cómo pueden aceptar el recorte y no hacer un llamado enérgico al gobierno sobre las consecuencias de un modelo que atenta contra el desarrollo y la autonomía de las naciones.

La comunidad científica mexicana (comunicadores de la ciencia, investigadores y sobre todo estudiantes) deberían seguir el ejemplo de la comunidad científica en Argentina que nos da una muestra de una postura firme frente al gobierno, no para mitigar, sino para frenar e incluso exigir un aumento presupuestal en ciencia: “Los reclamos de la comunidad científica, de la oposición y hasta de sectores del oficialismo surtieron efecto. El Gobierno decidió aumentar las partidas para Ciencia y Tecnología previstas en el presupuesto 2017”, se puede leer en el artículo “Asignarán más fondos a Ciencia y Tecnología” del diario argentino La Nación.

En México, en vez de marchas conjuntas de la comunidad estudiantil y académica además de mítines frente a las instituciones legislativas como sucedió en Argentina, todo quedó en un foro donde unos cuantos decidieron el futuro de la ciencia en México, un grupo que no les interesó las condiciones de los universitarios que estudian física, química, biología y otras disciplinas científicas. Sin embargo la culpa se comparte, no sólo con el gobierno de Enrique Peña Nieto que tiene la obligación de apoyar al campo científico y tecnológico, sino con aquellos que con su silencio y apatía permiten tales atropellos a la formación científica y tecnológica y, en consecuencia, al desarrollo de las comunidades mexicanas: por qué no unirnos como en Argentina y exigir para toda la comunidad científica de nuestro país una mejor perspectiva. Dónde está la voz de la juventud científica mexicana.

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martes, 18 de octubre de 2016

Luna de octubre en la Casa de las Ciencias de Oaxaca

Simulador de fases de la Luna
Foto: Víctor Hugo Hernández, CaCiO


Raúl Fierro*

El pasado viernes siete de octubre se realizó el primer evento mensual de Divulgación de la Ciencia de la Casa de las Ciencias de Oaxaca (CaCiO). El acontecimiento que se abordó fue la Luna y, fiel a su estilo de Divulgación de la Ciencia de dicho lugar, se emprendieron talleres que, no sólo vieron aspectos científicos de la Luna, sino sociales y culturales. Desde las seis de la tarde, más de ciento cincuenta personas, en su mayoría jóvenes de primaria y secundaria, se dieron cita en la CaCiO (que se ubica a un lado del puente que va a Ciudad Administrativa). El primer momento del evento fue la conferencia sobre la Luna que impartió el profesor Jesús Velázquez, quien se encarga de la sala de Astronomía.

El maestro se expresó sobre por qué el ver la misma cara de la Luna se relaciona con que el período de rotación y traslación, de nuestro satélite natural, que es el mismo. También explicó sobre la teoría que más se acepta sobre el origen de la Luna: el impacto de un objeto del tamaño de Marte sobre la joven superficie terrestre y cómo se desprendió una cuarta parte de esa antigua Tierra llena de volcanes y mares de lava. Incluso recalcó los efectos gravitatorios de la luna sobre nuestro planeta: las mareas y un retraso del día terrestre.

Respecto al cultural narró la leyenda de Quetzalcóatl y el conejo en la luna. El dios azteca, después de un tiempo de recorrer el mundo, le dio hambre. No encontraba nada que comer de repente se le acercó un conejo y éste vio afligido al dios. Le preguntó sobre lo que le sucedía y Quetzalcóatl respondió que tenía hambre. El conejo le ofreció zacate porque era eso lo que él comía. Quetzalcóatl le dijo que él no podía comer eso. Después de mucho meditarlo el conejo decidió ofrecerse como alimento, en ese momento Quetzalcóatl lloró, tomó el conejo en sus manos y lo elevó al cielo hasta la Luna, cuando lo bajó, la figura del conejo quedó plasmada para siempre sobre la superficie lunar para que todo el mundo recordara el noble sacrifico del conejo. Por otro lado también dio muestras de algo más contemporáneo en la literatura sobre la Luna:

“Oda a la Luna” (fragmento)
Jaime Sabines

Un pedazo de luna en el bolsillo
es el mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que nadie lo sepa
y para alejar a los médicos y las clínicas.

Después de oír sobre algunos datos sobre la Luna, el público se dirigió a los distintos talleres que los miembros de la CaCiO habían preparado sobre el astro más cercano a la Tierra. Dibujaron con teselas a la Luna, conocieron más a fondo sobre las fases de la Luna y los eclipses a través de una simulación, vieron cortometrajes lunáticos y crearon diversos poemas al astro que ha mantenido a científicos y artistas en constante proceso de creación, oyeron a un cuentacuentos hablar sobre la Luna.

En mi caso que impartí el taller de “Lunáticos: Poemas breves sobre la Luna”, donde aproveché el conocimiento que adquirieron sobre nuestro satélite natural, para que los niños y jóvenes escribieran:

Al ver la Luna con el corazón
Imaginé su resplandor como un ardor
Con fulgor le grité: “¡Luna, te pienso desolada, sin nadie!”
Entonces vi arriba, a tus hermanas las estrellas, tan lejos de su luz.

Yustin P.C.M.

En la CaCiO se va a abriendo un nuevo estilo de Divulgación de la Ciencia que, alrededor de un acontecimiento, se ven aspectos, no sólo científicos, sino sociales y culturales, una divulgación que busca, más que la exclusión y la dictadura científica, el diálogo para construir el conocimiento.

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martes, 11 de octubre de 2016

La Luna y un par de sus locos

Dibujo de la Luna en Mensajero sideral de Galileo Galilei.
Fuente: Wikipedia


Raúl Fierro*

La Luna ha fascinado a poetas durante siglos. ¿Cuántos poemas se crearán en este mes cuando se dice que la Luna es más bella? Al tener el mismo tiempo de rotación (giro sobre su propio eje) y traslación (giro alrededor de la Tierra), la Luna nos muestra una sola cara. Ocultándonos uno de sus rostros circula alrededor de la Tierra. Durante siglos ocultó muchos secretos y, a pesar del paso de los milenios, sigue fascinando a la humanidad. ¿Cuántos locos habremos declarándole amor al misterio?

Entre esos locos me viene a la mente el poeta chino Li Po, maestro del poema breve, que declara a la Luna su amiga de la bebida: “Levanto mi copa, invito a la luna y a mi sombra, y ahora somos tres”, nos dice este lunático. Li Po, en un delirio alcohólico, muere tratando de abrazar el reflejo de la Luna sobre un río. Tal vez ahora esté con el conejo de la Luna y ahora sean cuatro bebiendo.

Ahora pasamos de la magia China a la europea. En un siglo donde aún existían brujas en las mentes de emperadores y sacerdotes, existió un astrónomo que se llamaba Kepler. Para sobrevivir vendía horóscopos a las mentes supersticiosas y temerosas a los vampiros y las hechiceras. Kepler siempre consideró tontas a esas personas, que a pesar de que estaban en el poder y se suponía debían ser sabias, dirigían pueblos a matanzas a partir de mentiras.

Kepler estaba muy preocupado por ello porque su madre era prisionera de uno de esos hombres supersticiosos. Se le acusaba de bruja y Kepler no sabía cómo rescatarla. Una noche se durmió pensando en eso, empezó a soñar que era un niño y que su madre sí era bruja.

En el sueño, tratando de escapar de su madre, porque siempre lo intentaba vender con los marineros que le compraban sus pócimas, se fue hacia las islas del Gran Astrónomo. En esas islas había aparatos gigantescos que medían la traslación de los planetas y sus distancias con la Tierra, matraces y sustancias que estudiaban la composición de los cuerpos, matemáticos que dibujaban los nuevos modelos del Universo; sin embargo, lo que más le interesó al niño Kepler fue la sala que se dedicaba completamente al estudio de la Luna.

El niño Kepler observaba con fascinación los dibujos que el Gran Astrónomo había hecho de la Luna. En ellos veía cráteres, sombras y mares. Tan absorto estaba que no se dio cuenta cuando el Gran Astrónomo le tocó el hombro y le dijo: “Es bella la Luna ¿verdad?” El niño Kepler volteó asustado, vio al Gran Astrónomo y su gran nariz de oro. Dentro del cerebro de su sueño, recordaba haber visto el retrato del Gran Astrónomo con una nariz chata y horrible, le habían dicho que esa nariz es falsa, que la perdió en un duelo por una discusión sobre una teoría científica, otros dicen que por una chica. El niño Kepler no dejaba de ver su nariz de oro, al Gran Astrónomo no le importó, se sentí muy orgulloso de ella:

“Veo que eres un niño muy curioso”, dijo el Gran Astrónomo.
“Sí, mucho”, respondió Kepler.
“Qué te parece mi sala a la Luna”.
“Muy interesante, señor”.
“Qué sabes sobre la Luna”.
“Que está en el cielo, que tiene sombras, cráteres y mares, que gira alrededor de nosotros y que nunca muestra su otra cara”.
“Muy bien, y si te dijera que su tamaño es un cuatro veces más pequeño que la Tierra”.
“¿Tan grande es? ¿Y los otros planetas también tienen lunas?”
“Claro que no, niño”.

Kepler despertó, seguía pensando en su madre mientras la luz de Luna penetraba en su cuarto.

Ahora déjeme disculparme querido lector, por terminar tan abruptamente esta adaptación de Somnium que es la primera novela de Ciencia Ficción de la historia humana, su autor fue Johannes Kepler quien fue uno de los principales pensadores que tiró las ideas de la perfección del círculo como movimiento y además, en dicha novela, propuso la idea de la gravedad y las fuerzas a distancia. La Luna inspiró a este hombre a escribir sobre algo que derrumbaba, aunque sea de forma literaria, las ideas aristotélicas de la ciencia y de alguna forma abría camino para que Newton lograra crear toda su teoría cosmológica. Antes de Kepler, las fuerzas de la naturaleza tenían que tocar los objetos para poder existir, después de él, estas fuerzas actuaban a través del vacío y por todo el Universo (fuerzas a distancia). La Luna no sólo inspira poetas sino científicos, y en eso lo tengo claro: ambas clases de hombres son lunáticas.

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Huesos, vasijas y dioses antiguos

Cráneo cubierto por turquesa. Monte Albán V.
Fuente: Wikipedia

Raúl Fierro*

El día 27 de septiembre se les invitó a miembros de la Casa de las Ciencias de Oaxaca (CaCiO) a participar en un taller de arqueología que Itzel Velasco, investigadora del Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH), coordina en la sala de lectores del exconvento de Santo Domingo. “Se llama sala de lectores porque los dominicos venían a leer en este lugar. Los novicios venían a dejarles los libros a este lugar a los frailes pero no sabemos aún dónde se localizaba la biblioteca del exconvento”, nos comentaba la arqueóloga Velasco mientras caminábamos sobre uno de los patios empedrados hacia los arcos de la entrada de la sala de lectores.

En el pasillo se encontraban tres cajas de medio metro de profundidad (tal vez unos centímetros más profundas) y de un metro veinte de lado. Estaban llenas de arena. Al frente de las cajas se encontraba una mesa con ocho sillas en forma de arco frente a ella. Sobre la mesa algunas palas de plástico, brochas y libros de arqueología. Los miembros de la CaCiO se sentaron en las sillas y la arqueóloga empezó el taller. Nos decía que el museo no tiene área lúdica y que ella creó este taller para mostrar a los niños y uno que otro adulto, a sensibilizarse sobre el trabajo de la arqueología y su importancia. También dijo que otro público-meta son los maestros de tercero, cuarto, quinto y sexto de primaria para que estos lo reproduzcan en sus escuelas y puedan complementar sus clases de historia. Mientras nos decía esto, la arqueóloga Velasco tomó una tabla con diversos dibujos. Cada uno representaba una civilización indígena: azteca, chichimeca, huasteca, zapoteca, mixteca entre otras. Nos pedía identificar cada uno mientras explicaba algunas curiosidades: “Poco sabemos de los mixtecos de la costa o los vestigios arqueológicos en la Sierra Norte de Oaxaca”. También nos explicaba de los barrios zapotecas en Teotihuacán, las migraciones mixtecas y zapotecas al valle de México, asentamientos que no son abiertos al público pero fueron centros muy importantes para los indígenas entre otros datos. Esta movilidad mesoamericana, que se nos mostró muy activa, dio lugar a diferentes expresiones culturales y organizaciones sociales. La migración como catalizador del conocimiento y el desarrollo de las civilizaciones.

Después de esa breve explicación, nos preguntó ¿qué hace un arqueólogo? Nos contestó a partir de lo que hace el INAH. Esta institución se encarga de la investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico, antropológico, histórico y paleontológico de la nación con el fin de fortalecer la identidad y memoria de la sociedad que lo detenta. También nos explicó que debido a su carácter de preservar la historia de una nación, el trabajo del arqueólogo es un trabajo institucional. Un arqueólogo es un investigador que conserva e interpreta lo que identifica y da una guía sobre la identidad de una nación.

¿Cuáles son los pasos de un arqueólogo para lograr un permiso para excavar y después interpretar los significados y simbolismo de restos arqueológicos? Primero, antes de excavar en algún asentamiento, se realiza una investigación documental (libros, documentos antiguos u otras investigaciones) para poder dar sustento a que en el lugar, donde se sospeche hay un asentamiento, pueda un arqueólogo explorarlo. Después de eso el arqueólogo debe explorar a pie el lugar, tomando fotografías, ofreciendo pruebas, a un consejo del INAH, de la existencia de objetos de importancia histórica. Después que se aporten las pruebas y el consejo las acepte, el arqueólogo podrá realizar excavaciones. Durante la excavación se hará un registro de lo que se encuentre (con su informe respectivo al INAH), se realizará un análisis de lo que se halle para saber su antigüedad, se hará una interpretación bajo el contexto del lugar y los datos que se recabaron del análisis para finalmente publicar los resultados. El trabajo del arqueólogo es arduo y se comprende, a partir de este taller, el porqué de muchos sitios arqueológicos no se abren al público o no se han explorado: “Hay muy pocos arqueólogos en México”, comenta Itzel Velasco.

Después de estas explicaciones, nos fuimos sobre las cajas y empezamos a jugar al arqueólogo. Excavamos y encontramos cráneos, figurillas de dioses antiguos y estatuillas de jaguar. Analizamos e interpretamos bajo la guía de Itzel Velasco. Aprendimos una manera de transmitir, a los niños y jóvenes, la importancia del arduo trabajo de interpretar y conservar la historia.

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viernes, 30 de septiembre de 2016

Voces que vuelan

Churchill usando la radio para alentar a los ciudadanos ingleses en la Segunda Guerra Mundial
Fuente: BBC

Raúl Fierro*

El 14 de septiembre se festejó el Día del locutor. La radio como medio de comunicación ha sido vital en este estado donde sus relieves han obstaculizado la comunicación a través de los medios impresos. ¿Puede decirse que en Oaxaca, la radio es el medio de comunicación que más se utiliza? Dentro de este territorio existen diversas radios comunitarias que conforman una resistencia cultural. La página electrónica de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) de México (www.amarcmexico.org) tiene un directorio de algunas. Según la AMARC, en el país existen veinte radios comunitarias y veinticuatro en proceso de registro. En Oaxaca hay cuatro (Calenda en la comunidad de San Antono Castillo Velasco, Nahndiá en Mazatlán Villas de las Flores, Jénpoj en Santa María Tlahuitoltepec Mixe y Zaachila en el Valle de Zaachila) y una en proceso de registro (La voz de Güila en Güila). La radio es un medio donde se informa a la gente para que tome la decisión que más le convenga en una situación política, social, económica u otros asuntos de su localidad. Por lo anterior el locutor, aquel que comunica y tiene contacto con los problemas del pueblo, tiene un peso importante en la sociedad.

La radio se transmite a través de ondas radio (de ahí su nombre), es decir, ondas electromagnéticas (luz) que, invisible a nuestros ojos, atraviesan todo el espacio incluso el vacío. Como toda onda, consta de dos partes frecuencia (a qué velocidad vibran) y amplitud (qué tan largas son), sintonizando esos dos factores obtenemos dos tipos de señales: la frecuencia modulada (FM) y la amplitud modulada (AM). Las ondas de radio las capta una antena que recibe las ondas electromagnéticas y las conduce a los transistores (aparatos que reciben una señal y transmiten otra), los transistores transforman esa luz invisible en sonido. Ondas invisibles que atraviesan nuestros cuerpos y, a través de un aparato que las capta y perturba su frecuencia o su amplitud hasta el punto de hacer vibrar las moléculas de aire que hay a nuestro alrededor, dan lugar al sonido. ¿Quién fue el inventor de este aparato?

En la historia de las cosas, desde una postura individualista y egocéntrica (que es como el sistema actual pretende que pensemos), éstas tienen un sólo padre o madre. Desde el punto de vista de lo colectivo la radio tiene varios. Desde la concepción teórica de Maxwell que nos explica que la luz es una onda electromagnética que permea todo el espacio incluso el vacío; llegando a la comprobación de este teoría con el experimento de Hertz quien transmitió chispas a través de su habitación, pasando por Tesla que imaginaba un mundo inalámbrico donde la luz invisible a nuestros ojos fuera la protagonista, finalizando con el descaro empresarial de Marconi quien utilizó las ideas de Maxwell, Hertz y Tesla, sin dar crédito a ninguno, para dar lugar a la industria de la radio; la radio tiene una historia de más de 150 años y es un invento colectivo. Aunque la historia oficial le da el crédito a Marconi (siempre se la da a quien comercializa una idea), un punto de vista social nos dice que es producto de un proceso histórico. ¿Cuántas veces se nos cuenta la historia de las cosas como productos individuales cuando en realidad son un proceso histórico lleno de personas que piensan en el bienestar social y en la búsqueda del conocimiento más allá de sus intereses egoístas? La radio es comunitaria, como el conocimiento, y quien pretenda explotarla para satisfacer sus ambiciones egocéntricas va en contra del espíritu de la radio, de la sociedad.

En la capital oaxaqueña, el poder de la radio se demuestra en la política. Por ejemplo los locutores de la radio oaxaqueña se han hecho presidentes municipales o funcionarios públicos, lo cual sería lógico ya que la radio es parte esencial para comprender y comunicarse con el pueblo ¿quién más cerca del pueblo que aquel que los oye y les da voz? Lastimosamente hay conductores en la radio oaxaqueña, sobre todo en la capital donde lo comunitario pierde fuerza, que obedeciendo a su patrones o alguna transnacional que les paga para hablar de ella, a través de mentiras meten su veneno como víboras a las mentes del trabajador oaxaqueño esclavizado por la propina del turismo. ¿Cómo tener el descaro de transmitir una información que confunde al pueblo oaxaqueño?, ¿cómo saber que puedes ayudar a tu prójimo para que tome la mejor decisión y decides vender su decisión al mejor postor para satisfacer tus deseos carnales? Estos locutores de radio deberían tener en cuenta el poder de su voz para cumplir con compromisos sociales no individuales. Oaxaca merece mejores locutores, la gran historia de la radio merece mejores representantes.

*Casa de las Ciencias de Oaxaca
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domingo, 5 de junio de 2016

El olor de la opresión

Gassed (1919). John Singer Sargent.
Fuente: Wikipedia.

El infierno se encuentra sobrepoblado, los débiles de espíritu yacen sobre el suelo. Aquellos que no se doblegan ante la atrocidad, caminan entre los caídos. Esos que andan, a pesar de la desgracia circundante, son los fuertes de espíritu que están ciegos a causa de los gases irritantes que inundan el averno, armas de los demonios para amedrentar la voluntad humana. Lo anterior me viene a la mente cuando veo el cuadro Gassed (Gaseado) de John Singer Sargent. En el cuadro se puede observar un grupo de soldados con los ojos envueltos en vendas. En segundo plano se ve un segundo grupo en igual situación. Ambos, caminan entre sus compañeros heridos o muertos, es difícil distinguir el estado de los caídos, lo único que sabemos es que de una u otra forma representan la rendición. Los que andan perdieron la vista a causa de un arma que se inventó durante la Primera Guerra Mundial (PMG): los gases lacrimógenos.

La PMG se caracterizó, entre otras cosas, por ser una guerra de trincheras. El frente francés encaró al alemán desde una franja de kilómetros de longitud. Soldados franceses y alemanes se disparaban sin salir de sus trincheras. Hubo bajas de ambos lados pero no hubo avance de ningún frente. La solución que se encontró fue gasear las trincheras para que el miedo, el dolor y la confusión hicieran salir a los soldados de su puesto. Los primeros gases que se utilizaron en la guerra, no eran letales pero sí dañinos. El primer gas lacrimógeno se hizo de bromuro de xililo (C8H9Br) que es una molécula que se representa en química como una serie de anillos de carbono e hidrógeno que al final se conecta con bromo que en estado líquido es peligroso para el tejido humano y sus vapores irritan los ojos y la garganta. El bromo se utiliza como detector de compuestos orgánicos (carbono, hidrógeno, nitrógeno y oxígeno), sedante o el revelado de fotografías.

Durante el desarrollo de la PMG, las armas gaseosas se fueron convirtiendo en letales. Los gases lacrimógenos se dejaron en segundo plano o como elemento persuasivo. En la actualidad se utilizan dos compuestos para hacer gases lacrimógenos: el gas CS y el bromuro de bencilo.

La estructura química del bromuro de bencilo es muy parecida al bromuro de xililo, lo cual, implica que causa efectos similares: irritación de garganta y ojos pero con la diferencia que el punto de fusión (congelamiento) del bromuro de bencilo es mucho más bajo que el de xililo, es decir, mantiene en un mayor rango de temperatura su estado gaseoso, esencial para que reaccione con el cuerpo.

El otro componente irritante que se utiliza hoy en día es el gas SC que se le nombra así por los apellidos de los investigadores estadounidenses Ben Corson y Roger Stoughton, creadores del gas en 1928. El nombre químico del gas es orto-clorobenzilideno malononitrilo (C10H5ClN2) que, si se observa bien su fórmula química, tiene la misma estructura que los gases de bromuro pero con la diferencia que al final de su anillo tiene cloro y nitrógeno. El cloro es un compuesto altamente tóxico que en la PMG se utilizó como componente en la segunda generación de gases de guerra, los letales. Según el artículo “El uso de las armas químicas: conduciendo una investigación usando elementos epidemiológicos” (“The Use of Chemical Weapons: Conducting an Investigation Using Survey Epidemiology”, sin traducción al español) del investigador Howard Hu que se publicó en la Revista de la Asociación Americana de Medicina (JAMA por sus siglas en inglés) se menciona que el gas SC, aunque que se le clasifique como arma no letal, causa severos daños en los pulmones así como en el corazón y el hígado, además recalca en su artículo: “El uso de armas químicas en un conflicto representa una violación del derecho internacional, así como una grave violación de los derechos humanos. Investigar las alegaciones de su uso a menudo es difícil.” ¿Por qué será tan complicado investigar sobre los testimonios de su uso?

Ahora que en México nos encontramos en un infierno que se provocó gracias a las decisiones del gobierno mexicano y que para aplacar el mal humor social que ocasionaron, mandan a sus demonios a lanzar gases para amedrentar la voluntad humana, pregunto: ¿cómo justificar el uso de un arma de guerra contra la población?, ¿acaso piensan gasear el mal humor social hasta que no puedan verlo?, ¿qué lectura da un gobierno que utiliza métodos de guerra?

Raúl Fierro

Casa de las Ciencias de Oaxaca
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